'Maldivas, el lado soleado de la vida', reza el lema de este paraíso turístico de lujo de aproximadamente 1.200 islas de playas blancas y aguas cristalinas en el Océano Índico. No obstante, el país guarda otro lado menos deslumbrante: la evidente presencia y el progresivo auge del terrorismo yihadista, que el gobierno ha intentado esconder bajo la alfombra durante años para no alterar a la todopoderosa industria del turismo.
Este fin de semana, sin embargo, el lado oculto del edén ha quedado en cueros tras la publicación de las conclusiones de una investigación de nueve meses sobre el secuestro y asesinato en 2014 del periodista Ahmed Rilwan Abdulla.
Era una realidad ineludible, pero se trata de la primera vez que el Estado reconoce públicamente la presencia de grupos hermanados con organizaciones terroristas internacionales. La investigación también ha destapado el encubrimiento y obstrucción a la justicia que llevó a cabo entonces el Gobierno.
Maldivas es el país con más terroristas per cápita combatiendo en organizaciones extremistas de Siria e Irak. Según las estimaciones, aproximadamente 200 maldivos han viajado a hacer la yihad a estos países. El Gobierno sostiene que la cifra es mucho menor. Según la formación opositora Partido Democrático de las Maldivas, un alto porcentaje de los combatientes extranjeros maldivos proviene de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
El Gobierno del expresidente Abdulla Yameen (2013-2018) trató de ocultar la presencia de redes yihadistas en el país. "Nosotros definimos el radicalismo de dos formas y una de ellas son aquellos laadheenee [laicos o aniislam]", llegó a decir el exministro de Defensa, Adam Shareef Umar, en 2016. Shareef definió a los laadheenee como "gente que va contra el islam en un país 100% musulmán y que se ríe del islam y del profeta".
A pesar de que el país permite un estilo de vida occidental en aproximadamente los 100 complejos turísticos repartidos por el archipiélago, estos complejos hoteleros funcionan en una realidad paralela a la sociedad maldiva. De hecho, sus trabajadores son en su mayoría extranjeros, ya que hasta hace poco los maldivos no tenían permitido trabajar en los hoteles. Además, la mayoría de los complejos prohíben las visitas de sus empleados maldivos cuando no están trabajando, según cuenta el académico Kirklin Bateman en el libro 'Countering insurgencies and violent extremism in south and South East Asia'. Bateman es decano asociado en la facultad de asuntos de seguridad internacional en la National Defense University de EEUU.
La Constitución del país solo reconoce el Islam y se espera que todos los ciudadanos sean musulmanes. De hecho, establece explícitamente que para ser diputado, juez, presidente o miembro del Gobierno hay que ser musulmán de una escuela suní. Incluso se contemplan límites a derechos y libertades para defender los principios de la religión. Por otro lado, Arabia Saudí lleva décadas difundiendo su visión conservadora del islam en el país mediante el envío de líderes religiosos y la construcción de mezquitas.
El asesinato de Ahmed Rilwan AbdullaEl periodista Ahmed Rilwan Abdulla fue secuestrado hace cinco años en la puerta de su casa a punta de cuchillo por un grupo extremista local vinculado a Al Qaeda. Los terroristas metieron a Rilwan en el coche, donde lo trasladaron a un bote hinchable en la costa y lo llevaron posteriormente a un barco. Allí lo asesinaron después de obligarle a recitar la shahada (profesión de fe islámica), según han informado testigos al equipo de investigación.
En diciembre de 2011, Rilwan participó en una protesta silenciosa pidiendo libertad religiosa en el país. Un grupo de fanáticos tiró piedras y atacó a los manifestantes. "Tras el enfrentamiento, el grupo yihadista elaboró una lista negra de personas que consideraban que se estaban burlando de la religión y empezaron a enviar amenazas de muerte", señaló Suood, presidente de la comisión de investigación en una rueda de prensa para anunciar las conclusiones de su trabajo.
El periodista trabajaba para The Maldives Independent y era un viejo conocido del grupo vinculado a Al Qaeda por sus publicaciones sobre su presencia en el país. Semanas antes de su asesinato, Rilwan escribió una serie de reportajes sobre maldivos uniéndose a la guerra en Siria. El periodista contactó con uno de ellos y este le contestó: "Te quedan pocos días de vida".
Silencio y obstrucción a la justiciaSegún Suood, varias personas vinculadas con la desaparición de Rilwan han huido a Siria. Incluidos dos jóvenes que fueron grabados siguiendo al periodista la misma noche de su desaparición. La pareja fue detenida en septiembre de 2014, pero fue puesta en libertad semanas después por orden del entonces ministro de Turismo y vicepresidente del país, Ahmed Adeeb, ahora encarcelado por corrupción.
Adeeb mandó un mensaje al juez Abdulla Didi ordenando su puesta en libertad. Posteriormente, el ministro también ordenó a dos agentes de policía de inteligencia conseguir una copia del pasaporte de Rilwan con el objetivo de crear noticias falsas sugiriendo que el periodista había salido del país y fallecido en Siria, señala la investigación. "Basado en estos hechos, recomendamos que se impute a Ahmed Adeeb por obstrucción a la justicia", afirmó Suood.
Suood también reveló que la policía tuvo pinchado el teléfono del periodista desde abril hasta junio de 2014 porque sospechaba que Rilwan estaba llevando a cabo "actividades contra el Estado". Además, unos meses antes de su desaparición, la policía descubrió una trama para secuestrar a dos laicos en Hulhumalé, barrio en el que fue secuestrado el periodista.
"También tenemos pruebas de que el entonces presidente, Abdulla Yameen, intentó desviar el foco de la investigación", afirmó el investigador principal. Yameen hizo que los agentes consultaran a un hechicero para averiguar el paradero de Rilwan.
Una prueba de la falta de interés del Gobierno para esclarecer lo ocurrido es la conversación entre el presidente y varios ministros filtrada en 2016. El ministro de Interior dijo al presidente que la desaparición era "uno de los casos de alta prioridad ahora mismo", a lo que el presidente contestó: "No hay necesidad de sentirse abrumado por el caso de Rilwan". Poco antes, el ministro de Exteriores había dicho a ambos que "la ONU y otras agencias estás mostrando preocupación".
El auge del terrorismo en la islaEl mismo grupo que asesinó a Rilwan llevó a cabo uno de los primeros atentados yihadistas en la isla con un artefacto explosivo improvisado en 2007 en un parque de la capital. La bomba no mató a nadie, pero puso en evidencia el grave problema de la radicalización en el país. Tras el incidente, la policía se presentó en la isla de Himandhoo, a dos horas de la capital y epicentro del extremismo religioso. Entonces estalló un violento enfrentamiento de 40 horas entre miembros de la mezquita ilegal Dar al Khuir y las autoridades. 30 agentes resultaron heridos, incluido uno al que le cortaron la mano. Poco después se publicó un vídeo en un foro de Al Qaeda desde dentro de la mezquita minutos antes del asalto policial.
Un año después, en 2008, el grupo extremista se convirtió en filial de Al Qaeda y desde entonces empezó a operar bajo sus instrucciones, según revela la investigación. En junio de 2014, poco antes del asesinato de Rilwan, el liderazgo se dividió en dos grupos enfrentados que apoyaban a Al Qaeda y a ISIS respectivamente. Ambos grupos utilizaban como base las mezquitas de Furqan y Noor, en la capital del país.
Aunque uno de los más mediáticos, el asesinato contra Rilwan no ha sido el único cometido por este grupo extremista, según revela la investigación. En junio de 2012, varios atacantes intentaron matar al bloguero Ismail Rasheed, conocido por su activismo a favor de la tolerancia religiosa, cortándole el cuello. "Sabía que me habían cortado la tráquea. Sabía que era un corte profundo", recordaba a Minivan News. Sobrevivió y huyó del país. Unos meses después, en octubre, los terroristas mataron al diputado y académico religioso moderado Afrasheem Ali a puñaladas. La mañana después del asesinato, miembros del grupo huyeron a Catar y posteriormente a Siria, según informó Suood.
En junio de 2014 el grupo secuestró a varios jóvenes en un esfuerzo por identificar a activistas digitales en defensa del secularismo y, unos meses después, en septiembre, unas 200 personas se manifestaron por las calles de la capital, Malé, bajo la bandera adoptada por ISIS y lemas como 'no a la democracia, solo queremos islam', 'la sharía dominará el mundo' y 'al infierno la democracia', entre otros.
En 2015 se produjo un intento de asesinato al entonces presidente, Abdulla Yameen, en el cual su mujer resultó gravemente herida. En abril de 2017, otro bloguero, Yameen Rasheed, también fue asesinado. Rasheed era amigo íntimo de Rilwan y estaba investigando su desaparición. Murió con 16 puñaladas en las escaleras de su casa.