La autopsia encargada por la familia de George Floyd, el afroeamericano asesinado durante una detención el pasado 25 de mayo en Mineápolis, asegura que murió de asfixia tras la inmovilización realizada por el policía que le arrestó.
"La causa de la muerte es la asfixia por la compresión del cuello, que puede interferir con el oxígeno que llega al cerebro, y la compresión de la espalda, que interfiere con la respiración", dijo Michael Baden, un exmédico contratado por la familia de Floyd, en declaraciones que recoge la BBC.
El veredicto contrasta con la autopsia inicial realizada por un forense de Minnesota, según la cual no existía "evidencias físicas que sustenten el diagnóstico de una asfixia traumántica o estrangulación" y apuntaba más a "las condiciones médicas previas".
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