En febrero de 2019, varios camiones cargados con ayuda humanitaria acabaron consumidos entre las llamas en la frontera entre Colombia y Venezuela. La operación humanitaria dirigida por Estados Unidos, Colombia y el líder opositor Juan Guaidó para debilitar a Nicolás Maduro pretendía el ingreso a la fuerza de la caravana de camiones. Dos años después, en un proceso independiente, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) logró hace una semana firmar un ambicioso acuerdo con el Gobierno venezolano tras más de un año de duras negociaciones y que asegura la despolitización de la ayuda humanitaria en un terreno muy polarizado.