El maletero como un tetris: monos de protección, guantes, mascarillas, filtros, spray desinfectante, alcohol gel, mochilas de pulverizar y varios litros de amonio cuaternario (un limpiador desinfectante). Nicolás, Giovanni e Ignacio repasan los últimos preparativos antes de subirse al coche.
La mañana se prevé larga. Los tres son jóvenes voluntarios del Comité de Emergencia del barrio La Granja, ubicado en la periferia sur de Santiago de Chile, que desde finales de marzo realiza tareas de prevención sanitaria y desinfección en calles, pasajes y domicilios con personas contagiadas. La planificación de hoy incluye sanitizar dos calles completas, una casa con COVID positivo y cuatro "ollas comunes", como se conocen en Chile a los comedores sociales autogestionados por el movimiento vecinal para enfrentar la crisis económica agudizada por la pandemia.