La estrategia del Gobierno sueco contra el coronavirus ha recibido una clara crítica desde una posición inesperada. La anterior responsable de epidemiología y enfermedades infecciosas del país ha cambiado de parecer y ha criticado que no se pusieran en marcha medidas más drásticas de confinamiento. Annika Linde ha afirmado que el alto número de fallecimientos cuestiona la validez de la estrategia adoptada.
"Creo que necesitábamos más tiempo para estar preparados. Si hubiéramos cerrado antes (la posibilidad de contactos), habríamos podido en ese tiempo asegurarnos de tener lo necesario para proteger a los más vulnerables", dijo Linde.
En Suecia, han muerto 3.992 personas por el coronavirus, una cifra muy superior a la de sus vecinos escandinavos, cuyos gobiernos sí impusieron medidas duras de confinamiento.