La Universidad de Nagoya, considerada una de las mejores universidades de Japón, lleva años ayudando a las investigadoras para que no tengan que abandonar sus carreras por embarazos, ocupaciones familiares y otros factores que llaman "obstáculos de género". Ahora, dice que quiere llevar sus compromisos a un nivel completamente nuevo, introduciendo políticas de contratación feministas y mejorando los servicios de guarderías para reducir aún más su brecha de género.
En el ámbito académico japonés hay menos mujeres que hombres y muy pocas ocupan puestos importantes.
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