El 25 de marzo, Boris Johnson prometió en el Parlamento que se enviaría en unos días el material de protección necesario a las residencias de ancianos de Reino Unido. "La respuesta es que las tendrán al final de esta semana", dijo en respuesta a la pregunta de un diputado de la oposición. No fue así. Algunas de ellas recibieron una caja con unas 250 mascarillas de baja calidad. Y eso fue todo.
En la crisis del coronavirus, el Gobierno conservador británico ha llevado a cabo la misma estrategia en varias ocasiones. También en este caso. Si no se cumple una promesa, se hace otra para una fecha posterior.