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Póker de artistas radicales para las temporadas de primavera y verano en La Virreina Centre de la Imatge de Barcelona

Se trata de la cineasta cubana del periodo inmediato a la revolución de 1959 Sara Gómez; del dramaturgo experimental italiano de los años 60 y 70 Eugenio Barba, fundador del mítico Odin Teatret; de la mezzosoprano y compositora estadounidense Cathy Berberian, que a partir de los 50 crea sus propias composiciones subvirtiendo las normas de la música clásica, y del fotógrafo madrileño Álvaro Perdices, cuyas instalaciones nos hablan de la resistencia a la normativización social.

Repartidas en cuatro espacios del Palau de la Virreina, Mi aporte, sobre Sara Gómez, Autopenetración, sobre Eugenio Barba; Stripsody, sobre la obra de Cathy Berberian y Cultivar lo extraño, de Álvaro Perdices ocupan, hasta el 28 de septiembre, toda la primera planta de este emblemático edificio de arquitectura civil catalana.

Según explica Valentín Roma, director de la Virreina y comisario de dos de las exposiciones, Mi aporte y Cultivar lo extraño, “no suele haber muchas ocasiones, como esta, en que se puede apreciar en un grupo de exposiciones desde la filmografía restaurada de una cineasta cubana hasta una relación epistolar con García Lorca o la vajilla que la surrealista Maruja Mallo diseñó, pero nunca vio fabricada”.

Eugenio Barba y su influencia sobre el teatro del siglo XX

Para el dramaturgo Roger Bernat, comisario de Autoprenetración, la exposición dedicada a Eugenio Barba (Brindisi, 1936), “el Odin Teatret [la mítica compañía que creó Barba en Oslo en los 60, y que desarrolló su carrera posteriormente desde el norte de Dinamarca] es la compañía de teatro más importante del siglo XX”. Bernat justifica esta afirmación por “la enorme influencia que en los 70 tiene en el teatro europeo y latinoamericano”, así como por llevar a Occidente, en la misma época, los planteamientos radicales del escenógrafo y director polaco Jerzy Grotowsky.

La actriz Iben Nagel Rasmussen, miembro del Odin Teatret, practicando "ejercicios suizos" de entrenamiento en 1971 La actriz Iben Nagel Rasmussen, miembro del Odin Teatret, practicando "ejercicios suizos" de entrenamiento en 1971

El Odin Teatret fue creado en 1964 en Oslo por un emigrante italiano que trabajaba de soldador en la ciudad, Barba, y que quería plantear una compañía de teatro que rompiera con los cánones clásicos de interpretación y escenografía, tendiendo más la expresión individual de cada actor, así como a la escenificación de los conflictos entre miembros de la compañía, o bien a los desfiles y pasacalles de zancudos, gigantes, etc. En sus giras fue extendiendo su concepto del teatro, influenciando a compañías de tanto europeas como latinoamericanas.

La presente exposición muestra materiales fílmicos del fondo de la compañía, así como abundante material fotográfico, como la serie de la actriz Iben Nagel Rasmussen practicando ejercicios de entrenamiento, con autoría de Torgeir Wethal, que trazan el periplo de la compañía hasta Barcelona y Valencia, la selva amazónica o Ayacucho.

Sara Gómez, una revolucionaria tras el objetivo

La segunda de las exposiciones. Mi aporte constituye tanto la reivindicación como la recuperación de la obra y la figura de la cineasta cubana Sara Gómez (La Habana, 1942-1974). De ella dice Roma que “cumple la triple condición de mujer, negra y cineasta”. Gómez tuvo su actividad creativa en el periodo inmediatamente posterior a la revolución cubana, antes de que Castro tomará la senda del comunismo soviético.

Un fotograma del filme 'Y.. Tenemos sabor' de Sara Gómez, rodado en 1967 Un fotograma del filme 'Y.. Tenemos sabor' de Sara Gómez, rodado en 1967

Se considera este un periodo de gran productividad artística dada la libertad que permitía el momento revolucionario, y en él surgen muchos de los principales cineastas, músicos y escritores, como Tomás Gutiérrez Alea, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez. También Sara Gómez, que se centraría inicialmente en el cine documental, siempre muy vinculado a la música de raíz afrocubana, y realizaría una sola película de ficción antes de su temprana muerte por un ataque de asma a los 31 años.

La muestra recoge toda la filmografía de Gómez, restaurada por la Filmoteca de Catalunya, así como los libros que leía o los carteles realizados en la época revolucionaria, que contextualizan una visión idílica de la revolución, algo que Gómez siempre quiso combatir, señalando el machismo que pervivió en la sociedad a pesar de la llegada al poder de los hermanos Castro.

Cathy Berberian contra el pentagrama

Otra artista radical homenajeada en el combo de La Virreina es Cathy Berberian, la mezzosoprano y compositora estadounidense formada en Italia y casada desde 1950 hasta 1964 con el también compositor Luciano Berio. De Berberian, que se situó en la vanguardia musical de su época, a la vez que cuidó una imagen personal pretendidamente exagerada y extravagante –“inscrita en la estética camp” según el comisario de la exposición Arnau Horta–, destaca la muestra su obra principal Stripsody, que también le da nombre y que ella interpretaba siempre dentro de una performance, tal como se puede observar en el siguiente vídeo.

La exposición recoge tanto portadas de vinilos de Berberian, y otros músicos de su época, como material gráfico de fotografías, videos y libros que publicó junto a Umberto Eco y el diseñador Eugenio Carmi, en los que mezclaba los pentagramas con los cómics, especialmente de las viñetas de periódicos, fundiendo así la música clásica con el pop art y el arte performativo. Se puede observar la partitura de Stripsody con las descripciones de las onomatopeyas que comprende la obra detalladas sobre la partitura.

Álvaro perdices y la vajilla inédita de Maruja Mallo

Finalmente, La Virreina repasa la carrera del artista multidisciplinar madrileño, aunque con una reconocida trayectoria en la fotografía, Álvaro Perdices, que co-comisaría de facto la muestra Cuidar lo extraño junto a Valentín Roma. Se exhiben diferentes trabajos del artista, cuyas temáticas más recurrentes son los rostros en la pintura –ha trabajado de asesor en el Museo del Prado–, la resistencia homosexual a la normatividad en la oscuridad de los cuartos oscuros, la lucha entre el ser humano y la naturaleza por domar el espacio o la reivindicación de las mujeres en el arte.

En este último apartado temático, es donde Perdices va más allá de sus propios trabajos fotográficos y videográficos y rinde homenaje a Pura Maortua, productora teatral y activista cultural de los años 20, que fue una de las fundadoras del Lyceum Club Femenino y, junto a Federico García Lorca, del Club Teatral Anfistora. La muestra recoge las cartas entre Maortua y Lorca y otros materiales que atestiguan su papel en la vida cultural de aquellos años, borrada por la guerra civil.

La actriz Iben Nagel Rasmussen, miembro del Odin Teatret, practicando "ejercicios suizos" de entrenamiento en 1971 La actriz Iben Nagel Rasmussen, miembro del Odin Teatret, practicando "ejercicios suizos" de entrenamiento en 1971

Finalmente, conviene destacar que uno de los logros artísticos de Perdices para esta exposición le tiene a él no como artista creador sino como mero intermediario entre la concepción de una obra y la consecución de su fin, que es transformar la idea en algo físico y concreto. Para ello, Perdices expone una fotografía de la pintora surrealista Maruja Mallo en su estudio con los diseños que en los años 30 concibió de unos platos de cerámica para la Escuela de Cerámica de Madrid.

Los platos nunca llegaron a ser fabricados... Hasta ahora. Perdices ha reconstruido los diseños a partir de una reproducción fotográfica restaurada y ha realizado el encargo de su manufactura a la actual Escuela de Cerámica de Madrid, que los ha creado expresamente para esta exposición. De este modo, quien se acerque a contemplar Cuidar lo extraño en La Virreina podrá apreciar una obra inédita de Maruja Mallo, creada casi un siglo después de ser concebida.

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