El 7 de octubre, la ocupación ilegal israelí y el régimen de apartheid contra la población palestina pasaron a una nueva fase con los atentados de Hamás y la ofensiva israelí contra Gaza. Desde entonces la mecha ha ido avanzando.
El objetivo principal del presidente Biden ha sido proteger las acciones israelíes –que implican una masacre sin precedentes con 24.000 personas muertas y un desplazamiento forzado de un millón novecientos mil palestinos– y para ello ha bloqueado en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dos resoluciones que pedían un alto el fuego, y ha presionado para que una tercera no incluyera esa exigencia.