Katungu Sasita perdió la pierna izquierda a los 19 años por resistirse a ser violada. Estaba labrando en Nyamilima, una pequeña aldea del noreste de la República Democrática del Congo, cuando sufrió el asalto de un grupo de rebeldes ruandeses. Se defendió y recibió un disparo a bocajarro. Tuvo que esperar más de 15 horas en el suelo hasta ser socorrida.
“Permanecí allí recostada durante horas hasta que alguien vino a por mí alrededor de las 9 de la mañana siguiente”, relata desde un centro privado de rehabilitación de Goma, mientras le preparan el molde de escayola para su cuarta pierna ortopédica.Tal vez, si algún vecino la hubiera atendido y llevado antes a la ciudad, la herida de bala nunca se le habría infectado hasta el punto de requerir la amputación.