Al menos dos presentadoras que trabajan para la corporación estatal iraní de radio y televisión (IRIB, por sus siglas en inglés) han anunciado que renuncian a sus puestos de trabajo, y una tercera ha dicho que abandonó su empleo hace un tiempo tras haber mentido en nombre del Estado durante 13 años, según sus propias palabras.
La postura de estas profesionales se enmarca en una crisis de confianza con el régimen iraní tras los primeros intentos del Estado de negar que el avión ucraniano siniestrado el pasado miércoles hubiera sido derribado erróneamente por miembros de la fuerza de defensa aérea de de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC).