La administración china empieza a mover sus fichas para intentar evitar que la Unión Europea aumente los aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en ese país. Unos modelos, significativamente más baratos que los de los grandes grupos europeos, que están afianzando su posición en el mercado.
El último paso en esta estrategia lo ha dado el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, que en las últimas horas ha puesto en marcha una ronda de reuniones. Entre ellas, según indica la agencia Reuters, con el presidente de Renault y de la patronal europea de la industria automovilística (ACEA), Luca de Meo.