Si el término "refugiado" tiene connotaciones negativas, el de emprendendor en absoluto, pero ser ambos es posible gracias a un cambio de perspectiva impulsado por Startups Sin Fronteras, una iniciativa para que los migrantes creen su propio negocio, inspiren a otros y aporten su granito de arena.
La fundadora del proyecto, la argentina Valentina Primo, explica a Efe que el objetivo es cambiar el discurso que rodea a la inmigración y a la situación de los refugiados, que "siempre es retratada como una crisis y nunca como una oportunidad de negocio".
Para ello, este viernes y sábado se celebra en El Cairo el primer encuentro de Startups Sin Fronteras en el que participan inversores, emprendedores y activistas, algunos de los cuales son refugiados de diversos países, sobre todo de Oriente Medio, que comparten sus experiencias, y sus historias de lucha y éxito.
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