La Oktoberfest, la más multitudinaria fiesta de la cerveza del mundo, quedó un año más inaugurada con la apertura del primer barril a cargo del alcalde de Múnich, Dieter Reiter, de nuevo tan solo con dos mazazos al grifo.
Puntualmente a las 12.00 (10.00 GMT) la cerveza comenzó a fluir al ritual grito del alcalde de "O'zapft is! Auf eine friedliche Wiesn!", traducible por "¡Abierto está! ¡Por un prado pacífico!", en referencia al recinto donde se celebra la fiesta, el "Theresienwiese" (Prado de Teresa).
La primera "Maß", la tradicional jara de cerveza de litro, que este año cuesta entre 10,80 y 11,80 euros, una media de un 3,11 % más que el año pasado, fue servida como marca la costumbre al jefe del Gobierno bávaro, Markus Söder.
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