Un jefe giró la cara cuando una empleada le iba a dar un beso en la mejilla en una celebración, para así dárselo en la boca. Ya había hecho tocamientos, al menos, a otra trabajadora. Otro jefe rozó la mano de una subordinada mientras mantenían una reunión de trabajo e intentó besarla en los labios. Un trabajador se metió en un ascensor con una empleada de las cocinas de su empresa, subcontratada de un centro especial de empleo, donde trató de besarla en la boca.
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