"Enfrentarse a Rafa no es fácil. Es como entrar en guerra contra Estados Unidos". Así hablaba en 2017 Astrid Gil-Casares, exesposa del presidente y máximo accionista de Ferrovial, Rafael del Pino, en una entrevista a Vanity Fair que concedió la ahora guionista, escritora, actriz ocasional y empresaria de productos saludables, tras su tormentoso y millonario divorcio con el empresario madrileño.
Siendo como es esquivo a la prensa, las palabras de Gil-Casares cobran relevancia ahora que el nombre de Del Pino está en boca de todos tras la sorprendente decisión, anunciada el martes, de llevarse la sede de la multinacional española hasta Países Bajos, conocido por ser uno de los grandes coladeros fiscales de la UE, con vistas a cotizar en Wall Street.