Tres horas de preguntas. Podría haber sido un tercer grado sobre sus asuntos más polémicos. Pero no lo ha sido. El examen de Josep Borrell ante la comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara, paso previo para ser ratificado jefe de la diplomacia europea, ha sido más tranquilo de lo previsto y ha terminado con el aplauso de los principales grupos. No en vano, el cargo de Borrell fue pactado el 2 de julio por los jefes de Gobierno de la UE en un Consejo Europeo en el que se repartieron los cargos los 27 tras tres días y tres noches encerrados a puerta cerrada.