El 11 de marzo, unos días después del inicio de la invasión rusa, la familia de Mykola Trukhan se marchó de Hostomel, en la región de Kiev. Él, sin embargo, decidió quedarse en su casa. "Mi suegra corrió hacia él cuando estábamos evacuando. Intentó convencerle de que se fuera, pero él dijo: 'No, no me voy a ir, no quiero dejar mi perro y mi casa", dice su sobrina, Lidiya Yarosh. Según le contaron los vecinos a la mujer, el hombre de 86 años murió unos días después cuando un proyectil cayó sobre su vivienda.