Holly llegó al lugar elegido en el sur de Londres junto a su pareja sobre las 17:00 horas. "La gente permaneció increíblemente pacífica, dejando flores, velas y placas alrededor del quiosco". Cuando llegó, no había más de una decena de policías en los alrededores. Pero tan pronto como cayó la noche, coincidiendo con la hora prevista para el comienzo de la vigilia, “la policía se hizo notar”, indica. Llegó a haber hasta 50 agentes y una línea de siete u ocho furgones policiales.