El nombramiento, en tan solo cuatro días a mediados de enero, de Joseph Aoun como presidente de la República y de Nawaf Salam como primer ministro responde a un significativo cambio en la relación de fuerzas, con la milicia chií a la baja y con Arabia Saudí al alza
Nada es fácil en un país tan convulsionado y fragmentado como Líbano, que visitó la semana pasada el ministro español de Exteriores. Por eso mismo resulta extraordinario que en tan solo cuatro días de enero haya sido posible nombrar un nuevo presidente de la República y un nuevo primer ministro, poniendo fin a un bloqueo político que se inició en noviembre de 2022 con el fin del mandato de Michel Aoun.
Leer más: La debilidad de Hizbulá abre un escenario inédito para el nuevo Gobierno de Líbano