Francia se encuentra en territorio desconocido. Nunca antes, desde la Segunda Guerra Mundial, estuvo tan cerca la extrema derecha de llegar al Gobierno. Pero tampoco en el pasado los bloques electorales se habían quedado tan lejos de la mayoría absoluta, lo cual abre un periodo incierto de negociaciones para elegir un primer ministro que pueda contar con una mayoría parlamentaria suficiente para gobernar.
Y eso no parece que vaya a ser ni sencillo ni rápido.