Hay satisfacción general por la intención de la UE de obligar a los estados miembros a mejorar la eficiencia energética de los edificios. En líneas generales, la normativa que se negociará en los próximos meses pretende llegar a la neutralidad de las construcciones en 2050. Los edificios consumen el 40% de la energía y son responsables del 36% de las emisiones de CO2 a nivel europeo. Por eso la Comisión Europea planteó una directiva específica para ellos. El Parlamento Europeo ha fijado una posición más ambiciosa en algunos de los puntos de cara a la negociación con el gobierno comunitario y los 27, como establecer 2028 como fecha tope para que los nuevos edificios sean cero emisiones, pero ha incluido las calderas híbridas generando inquietud en las organizaciones ecologistas y de consumidores, que señalan directamente al lobby del gas.