El intérprete criticó la apertura de juicio oral hace casi dos años contra tres mujeres por la procesión de una gran vagina por las calles de Sevilla en 2014. Finalmente, el pasado octubre la Justicia absolvió a las acusadas de la llamada procesión del 'coño insumiso' y amparó la protesta en el debate sobre el aborto.
"Yo me cago en dios, y me sobra mierda pa cagarme en el dogma de 'la santidad y virginidad de la Virgen María'. Este país es una vergüenza insoportable. Me puede el asco. Iros a la mierda". Con estas frases cerró su queja el 5 de julio de 2017, ante la noticia de que "tres compañeras", como se refiere a ellas, fueran a ser juzgadas.
"Nos encontramos ante expresiones que, si bien pueden resultar malsonantes, incluso ofender a algunas personas, están amparadas por la libertad de expresión, máxime en el contexto de crítica política en el que son pronunciadas. Si todas las expresiones que ofenden a alguien fueran constitutivas de delito, habría más personas dentro de las prisiones que fuera", apunta el abogado de Willy Toledo, Endika Zulueta.
En un comunicado, el abogado ha reivindicado la despenalización del delito contra los sentimientos religiosos y ha criticado la postura de la asociación de Abogados Cristianos. "Se sitúa en las antípodas de la defensa de la libertad de expresión, formulando una acusación más acorde con los parámetros manejados en su momento por la Santa Inquisición, que por los que se corresponde a un Estado aconfesional del siglo XXI y, paradójicamente, nada que ver con la esencia de los valores cristianos", ha incidido.
En este sentido, se ha mostrado "convencido" de que Toledo "resultará finalmente absuelto" y con "confianza" de que el actor "sea la última persona enjuiciada" en España por un delito religioso que, a su juicio, "debía estar fuera del Código Penal, al menos, desde 1978".
Durante la fase de instrucción, Willy Toledo fue llamado a declarar en tres ocasiones. Tras no acudir a las dos primeras citaciones por considerar que no había cometido "delito alguno" sino que había "ejercido su libertad de expresión", el pasado 12 de septiembre fue detenido por la Policía para asegurar su comparecencia en los Juzgados.
El juez del juzgado número 11 de Madrid concluyó en su auto, hecho público el 26 de septiembre, que los hechos objeto de instrucción podrían ser "constitutivos de un delito contra los sentimientos religiosos", haciendo alusión al artículo 525 del Código Penal.