Martin Provost (2020)
Martin Provost ha dedicado su carrera a retratar las contradicciones de ser mujer en distintas épocas. Desde su debut con Carmen Maura en el 97 (Tortilla y cinéma), pasando por cintas como Violette —que narraba el encuentro de Violette Leduc con Simone de Beauvoir— o Dos mujeres —duelo actoral entre las Catherine Frot y Deneuve—, hasta la película que nos ocupa, ambientada en el mayo del 68.
En Manual de la buena esposa nos presenta a Paulette, directora de la Escuela para amas de casa Van Der Breck, una institución dedicada a enseñar a las mujeres a servir en el hogar. Mientras llueven adoquines en París, Paulette intenta lidiar con su sorpresiva viudedad, con la cantidad de deudas que acarrea el centro que dirige y con las ansias de libertad de unas pupilas que pronto se percatan de que no están aprendiendo a ser mujeres libres sino siervas obedientes. Una cinta tan calculada como biempensante en la que no hay más discurso emancipador que el que podemos encontrar en Criadas y señoras, es decir escaso. Pero que se defiende dignamente como comedia de mejores intenciones que argumentos, en la que destacan no solo Juliette Binoche, también la monja que interpreta Noémie Lvovsky y la cocinera de Yolande Moreau, que parece interpretar otra cara de su personaje en la imprescindible Sans toit ni loi de Agnès Varda.
Clarisa Navas (2020)
La realizadora argentina Clarisa Navas debutó en el largometraje hace tres años con Hoy partido a las tres: una aproximación a la adolescencia a través de un equipo fútbol femenino de barrio. Un debut que sorprendió en el circuito de festivales internacional y que le ha granjeado una segunda obra que parece orbitar sobre los mismos temas. El registro, esta vez, cambia de los planos generales estáticos a la cámara en mano, para descubrirnos un drama sobre la adolescencia tan potente como, a su manera, naturalista.
Las mil y una cuenta la historia de Iris, una joven que ha sido expulsada de su instituto y pasa los días jugando en la calle con sus primos Ale y Darío. Dos chicos que también lidian con una masculinidad tóxica y una homofobia institucionalizada que hace que se odien a sí mismos. Cuando Iris conoce a Renata, una joven con muy mala fama en el barrio, todas sus certezas sobre sí misma empiezan a desmoronarse.
Joann Sfar (2020)
La series de cómics Petit Vampire nacida 1999, lleva vendidos cientos de miles de ejemplares en Francia, y cuenta con una serie de televisión de 52 episodios y sendas secuelas en formato tebeo que narran las desventuras del protagonista cuando es adulto. Una pequeña joya intergeneracional que se ha convertido en la obra maestra del prolífico Joann Sfar, su creador.
Ahora el mismo Sfar, más de dos décadas después haber parido su creación más popular, decide adaptarla al largometraje como hizo con las excelentes El gato del rabino o Gainsbourg (Vida de un héroe). El resultado es una joya absoluta para amantes de la animación que capta el tono malicioso pero lleno de valores del universo de las viñetas al tiempo que actualiza algunos de sus discursos en el audiovisual. En España, sus tebeos los ha publicado Fulgencio Pimentel y tenemos la suerte de contar con libros como Pequeño Vampir, compilación de los siete tomos originales de la serie, además de Vampir y L'Amour (El amor sin amor), versiones adultas del personaje protagonista.