Entre 1972 y 1975 grabó sus primeras canciones con el sello Bla Bla, pero no fue hasta 1981 cuando lanza La voce del padrone, un tema que le sitúa como nueva voz de la canción italiana, y que vendió más de un millón de copias en un año. El salto cualitativo le permite fundar, poco después, una editorial y un sello discográfico con los que trabajaría a lo largo de los 80. En 1987 publicó un nuevo éxito, Nómadas, que le granjeó un estatus único en Europa y le permitió grabar un doble álbum entre Madrid, Milán y París titulado Giubbe Rosse.
En 1993 Franco Battiato lanzó Caffè de la Paix, descrito como el 'mejor disco del año' en la prensa especializada italiana. Dos años después publicaría el álbum L' ombrello e la macchina da cucire, grabado en directo durante una gira que le llevó desde Italia hasta el Líbano. Al año siguiente, su trabajo L'imboscata popularizaría una de sus canciones más memorables: La Cura.
Artista multidisciplinar e incansable, en los noventa Franco Battiato compuso ópera y en los 2000 llegó a dirigir sus propias películas. Debutó en el largometraje con Perduto amor en 2003 y estrenó películas como Musikanten (2006) y Nada es lo que parece (2007). En 2015 rodó el videoclip Franco Battiato: Le nostre anime con Alba Rohrwacher y Luca Marinell.
En 1999 lanzó el álbum Fleurs, al que siguirían ya en el nuevo siglo Fleurs 2 y Fleurs 3, además de discos como Dieci stratagemmi (2004), Apriti sesamo (2012), Joe Patti's experimental group (2014) y por último Le nostre anime (2015).
Con el nuevo milenio Battiato, siempre camaleónico, se estrena como director de cine con Perduto amor, una cinta basada en su isla, Sicilia, en la que sobrevuela sus recuerdos de juventud con su pensamiento metafísico. Dos años después preparaba su segundo largometraje, Musikanten, sobre los últimos días de vida de Ludwig van Beethoven, y publica también un nuevo disco, Ferro Battuto (2001).
Muy apegado a su madre Grazia, muerta en 1994, la vida privada de Battiato siempre fue discreta. Ni se casó ni tuvo hijos y compuso como un eremita en su casa de Milo, al calor de la roca volcánica. En su nómina artística el cantautor no ignoró la política, tema que aborda en canciones como Bandiera bianca o Radio Varsavia, como opositor del "berlusconismo". Además fue consejero de Turismo y Espectáculos en el gobierno regional de Sicilia en 2012, en manos del centroizquierda, pero termina cesado después de llamar "putas dispuestos a todo" a los parlamentarios italianos y de decir que los políticos "harían mejor abriendo un prostíbulo".
Sus canciones han sido traducidas a numerosos idiomas, también al español. Su último disco salió en 2019, con catorce versiones sinfónicas de algunos de sus himnos más recordados, y un inédito. Sonaba de hecho a despedida, aunque su título vaticinaba lo contrario: Torneremo ancora (regresaremos de nuevo), una promesa que no ha cumplido, aunque en realidad el maestro nunca se irá del todo.
La muerte Battiato ha conmocionado este martes su país natal, que se ha teñido de luto por la desaparición de unos de sus músicos más poéticos y originales. El presidente de la República, Sergio Mattarella, se mostró "profundamente apenado por la prematura muerte de Franco Battiato, artista culto y refinado que con su inconfundible estilo musical – fruto de intensos estudios y febril experimentación – ha fascinado a un vasto público, incluso más allá de las fronteras nacionales".
"Un Maestro nos ha dejado. Uno de los más grandes de la canción de autor italiana. Único, inimitable siempre en busca de nuevas expresiones artísticas. Deja un legado eterno", dijo por su parte el ministro de Cultura, Dario Franceschini, nada más conocerse la triste noticia.
El mundo de la política ha sido el primero en recordarle en las redes sociales, con mensajes de respeto y emoción, como el del ex primer ministro Giuseppe Conte, que escribió: "Y mi maestro me enseñó lo difícil que es encontrar el amanecer dentro del atardecer. Adiós Maestro".
"Mi sincero y profundo pesar por la desaparición de Franco Battiato. Maestro. Poeta. Señor de la música y las palabras. Lo echaremos de menos", tuiteó David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo, mientras el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, le considera "uno de los mejores artistas italianos, que en su larga carrera ha sabido experimentar y modelar la música como ningún otro".
Otros famosos presentadores televisivos quisieron también recordarle, como Fabio Fazio ("A ti querido Franco, con el corazón lleno de tristeza dedico mi silencio en el recuerdo de las emociones y de las sonrisas que me regalaste") o Simona Ventura ("Se va el más grande poeta contemporáneo. Después de tanto sufrimiento, que la tierra sea suave para ti"). E incluso desde el Vaticano el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, le recordó en Twitter con el verso de una de sus canciones: ". . . cuán difícil es encontrar el amanecer dentro del atardecer (Franco Battiato, R. I. P. )".