La plataforma sacaba la chequera para promocionar su serie más ambiciosa con una campaña que nunca podría haber tenido un cómic. Los padres reales de ¡García!, los que escribieron y dibujaron las historias de este superhombre creado por el franquismo que resucita en la actualidad en un contexto político muy diferente, han mostrado su aprobación a la serie. Les gustan hasta los cambios que han hecho, los actores que han elegido, el tono de la dirección… Tardaron en enseñarles todos los episodios, pero la adaptación audiovisual cuenta con su beneplácito.
Cuando vieron aquella lona, con el nombre de su criatura, ni siquiera pensaron que eran el ‘hermano pobre’ de la serie, porque “no es que sea pobre, es que es miserable”, como dice Santiago García, el guionista de la obra original que apunta que esa precariedad también tiene algo bueno, “libertad”. “Estamos en un momento en que no sé si la literatura en general está muy boyante. Al final, los cómics son libros. Si no hay afición a leer, pues no hay mucho que hacer, y realmente las pantallas no están dejando mucho tiempo ni muchas ganas a la gente para hacer otra cosa. Pero sí, ojalá tuviéramos acceso a promociones así. En cierta manera yo me planteo esta serie de HBO como que nos han hecho un anuncio del cómic muy grande, con una gran campaña publicitaria. Ese es el sentido principal que tiene para mí”, cuenta García.
El veredicto es claro, y lo expresa su compañero Luis Bustos, dibujante de ¡García! (Astiberri), “les ha quedado una cosa bastante, bastante pintoresca y espectacular, y sobre todo, respetando el material original”. El principal miedo de la pareja creativa era que mantuvieran el espíritu al “trasladarlo a un medio que es completamente diferente al de la obra original”. Tuvieron contacto directo con los guionistas y siempre hubo “muy buen entendimiento”. Preguntaban cosas, se dejaba asesorar y fueron receptivos a las aportaciones de ambos. Santiago García destaca lo difícil de crear en un medio como el audiovisual. “Es un medio industrial a gran escala, y hay muchos factores que influyen en una producción, no solo artísticos. Yo creo que lo difícil es lidiar con todo ese ejército de gente, porque al final Luis y yo lo hacemos solos, y aun así tenemos diferencias de opinión y tenemos conceptos que no siempre están alineados. Así que imagínate juntar a 200 personas”.
Agradece que no les haya dado por esa “tradición en el audiovisual de que las cosas hay que cambiarlas y no siempre es bueno, está claro que no puede ser igual, y ¡García! la serie no puede ser igual que el cómic, pero se reconoce”. Destacan de nuevo a los guionistas, que no querían “contar otra cosa, sino transmitir lo que ya se había transmitido en el cómic” del que se declaran fans absolutos.
Santiago García sí que tenía otro miedo: “Que lo convirtieran en una comedia española de toda la vida. Hay una tradición, como una tendencia que está como deformada en la industria de tender a eso”. Al ver el resultado tienen claro que este ¡García! “no es una parodia". "Es una sátira, aunque incluso viendo todo lo que ha pasado estos años diría que ni una sátira, es la realidad o diría que incluso la realidad misma se ha convertido en una sátira de ¡García!”.
Se refieren a toda la carga política que hay en los cómics, que plantean un mundo en el que PP y PSOE se han aliado para evitar que Podemos entre en el Gobierno. No se dicen nombres, pero los retratos de los políticos que aparecen son muy similares a gente como Esperanza Aguirre, Mariano Rajoy, Albert Rivera o Pablo Iglesias. Cuando salió el primer tomo, Vox no había hecho su irrupción, y ese auge de la extrema derecha que ellos preveían se ha convertido en realidad e incluso les ha adelantado. “Creo que ahora prefiero vivir en el mundo de García que en el mundo en el que vivo”, dice el guionista.
A pesar de ser un cómic de aventuras, casi de superhéroes, ¡García! toca asuntos espinosos. La libertad de prensa, los grandes grupos empresariales, la corrupción y, sobre todo, las cloacas del Estado. “Ese concepto de que debajo de esa capa democrática hay una serie de elementos que están carcomiendo o minando los entramados democráticos de este país. Y eso seguiremos desarrollándolo y también está en la serie de televisión. Es un tema que viene de lejos, no es algo que nosotros hayamos adivinado, sino que España tiene una historia de años atrás en ese sentido”, apunta Bustos.
En la serie se han cambiado los partidos políticos y no existen esos parecidos más que razonables, aunque todo el mundo sabe a quién se refieren cuando mencionan a cierto partido de derechas con banderas azules. Una apuesta menos explícita que para Luis Bustos tiene que ver con la audiencia. “Nosotros nos movemos en un ámbito donde el número de lectores es muy concreto. Cuando todo esto lo trasladas a posibles millones de personas que puedan ver una serie, ahí entran unos intereses y un tema de presupuesto. No es lo mismo realizar una novela gráfica e invertir una cantidad de dinero muy humilde que el dinero que se puede invertir en una serie. Por lo tanto hay más presiones, se miran muchas más cosas. Nosotros tenemos más libertad porque nos manejamos en un ambiente mucho más pequeño y controlado, que es una de las virtudes. Me gustaría también tener que manejarnos en un ambiente mucho más grande, con muchísimo más lectores, pero también es verdad que, por otro lado, lo positivo es eso, que podemos hacer cosas que en otros medios costarían más”, opina Bustos.
Su compañero hace mención a un manifiesto firmado por el historietista Daniel Clowes en el que se explicaba cómo “los cómics, precisamente por su condición de hermano pobre, miserable y marginado de la cultura, están en una posición de poder hacer lo que les dé absolutamente la gana, ya que nunca nadie les iba a fiscalizar”. Ahora se muestra “expectante” de ver el desembarco en televisión, porque ese mensaje va a llegar “a muchísima más gente” y podrán comprobar si “puede influir en la conversación, como se dice hoy en día”.
¡García! es un cómic muy político, y la serie ha mantenido ese tono. Luis Bustos no tenía miedo porque “HBO tiene detrás un prestigio de crear obras que se toman su tiempo para desarrollarlas con todos los medios posibles, para que quede una serie interesante y arriesgada en algunos casos”. “Quizás en otras plataformas no hubiera sido así. No sé, cada uno tiene sus su formas de trabajar, pero en el caso de HBO yo creo que ya hemos visto varios ejemplos de obras ambiciosas y que se comprometen con ciertos temas”, apuntilla.
Santiago García discrepa. Él sí que temió que “la neutralizaran, que quedara simplemente en una cosilla de aventuras, quitarle lo político y hacer algo comercial, que estarías quitando todo el sentido porque no puedes ignorar el significado añadido que ya tiene todo”. Reconoce que lo han mantenido, "a su manera", pero es más crítico en analizar los motivos que una gran empresa como HBO puede tener en abordar estos temas: “La cuestión de abordar asuntos políticos un tanto polémicos o polarizados me parece que ya no es algo conflictivo, sino un elemento de marketing. También te ayuda. HBO acaba de estrenar la serie de Salvar al Rey, tampoco es que se dediquen a hacer comedias familiares, pero por qué hacen esto, ¿porque tienen una visión política? No, porque ahora mismo eso vende. Hoy en día la política es marketing y el marketing es política. Que eso no le quita valor, pero ya no sabes lo que es verdaderamente político o es pura munición para estar en la conversación en las redes sociales”.
Por supuesto en HBO Max no dan puntada sin hilo, y la serie queda abierta para adaptar el tercer tomo, en el que García y Antonia están en una Cataluña llena de independentismo y señeras que el superhéroe franquista no ha conocido. De momento no saben nada de esa continuación, pero ellos sí que ya preparan dos nuevas entregas. La cuarta llegará en el primer tercio de año y prometen que va a “ser increíble” y que seguirán “explorando el pasado con los desafíos de hoy en día y los orígenes del personaje”. Quizás tengan una legión de lectores mucho más grande gracias al impulso de una adaptación tan ambiciosa como esta.