La nueva dirección se hará publica el próximo abril. Además de tener un perfil de gestor más acentuado que el de comisario para resolver los problemas internos y definir el punto de vista de la narración —con Borja-Villel el museo grande apostó por lo pequeño, disimulando el papel hegemónico de la institución en el arte contemporáneo español—, el jurado nombrado por el Ministerio de Cultura debe decidir la nacionalidad del responsable. Las preferencias del sector y del propio Ministerio no están en el extranjero, tal y como ha podido comprobar este periódico.
Además, la edad del candidato o candidata debería situarse entre los 40 y 50 años. Es la que tenía Borja-Villel cuando llegó y la que se ha repetido con frecuencia en otras instituciones. En el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, de 63 años, asumió la dirección en 2005 con 45. Miguel Zugaza fue nombrado director del Prado en 2002, con 38 años, y se mantuvo en ella casi 15 años, hasta 2016. Miguel Falomir tenía 52 cuando lo sustituyó. El Museo Reina Sofía necesita una dirección que entienda y conecte con los nuevos lenguajes y nuevos públicos.
La lista de candidatos elaborada por este periódico atiende a todos los perfiles profesionales que podrían hacerse cargo. La mayoría de los posibles aspirantes han sido consultados, pero han preferido mantener en secreto si formarán parte del concurso.
Director del Museo Centro de Arte Dos de Mayo (Móstoles, Madrid) desde hace siete años. Coruñés de 45 años, historiador del arte por la Universidad de Santiago de Compostela y presidente de la Asociación de Directoras y Directores de Arte Contemporáneo Español (ADACE). Es uno de los candidatos mejor preparados y más conectados con las subjetividades del arte contemporáneo español. En 2017 fue el comisario del Pabellón de España de la Bienal de Venecia, con la obra del artista Jordi Colomer. Ha investigado la obra de Juan Muñoz, la construcción estética o la teoría queer, siempre bajo una perspectiva política. Es autor del ensayo Narciso fin de siglo (Melusina, 2008) y es muy cercano a las prácticas museográficas de Manuel Borja-Villel. Lo más reseñable de su perfil es que conoce a la perfección el arduo mundo de la gestión de la Administración y podría enfrentarse a las carencias organizativas que tiene el museo.
Tiene 65 años y un currículo abrumador. Contemporáneo de Manuel Borja-Villel, retirado de las direcciones de instituciones desde hace 12 años, dedica la mayor parte de su tiempo a la Todolí Citrus Fundaciò, con la que desde 2012 preserva la diversidad genética de los cítricos en un inmenso huerto, en Palmera (València). Tras formarse en Yale y Nueva York, inició su carrera en el Instituto Valenciano de Arte Contemporáneo (IVAM), donde fue director durante ocho años. Pasó a dirigir la Fundación Serralves (Oporto) y no tardó en convertirlo en centro de referencia internacional. En 2003 se hizo cargo de la Tate Modern de Londres hasta que dimitió en 2010. Desde entonces, ha comisariado algunas exposiciones y es miembro del comité asesor de artes plásticas de la Fundación Botín. Es Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y doctor honoris causa por la Universitat Politècnica de València. Tiene un perfil internacional incuestionable, pero quizá la llamada del Museo Reina Sofía llegue demasiado tarde.
Responsable del Institute of Art Gender Nature FHNW Academy of Arts and Design de Basilea (Suiza), donde investiga sobre el papel de la educación en la mejora de la igualdad en las artes. Tiene 50 años, nació en Puenteceso (A Coruña), estudió filosofía e historia del arte. Fue la responsable de exposiciones en El Museo del Barrio (Nueva York), trabajó en dOCUMENTA(13), dirigió la Sala Rekalde (Bilbao), el Frankfurter Kunstverein (Fráncfort), comisaria del Pabellón Nacional de Cataluña en la Bienal de Venecia de 2015 y del Pabellón Nacional de Chipre en 2005, en el MACBA fue la comisaria jefe tras la salida de Borja-Villel y también dirige Ocean Space, un espacio de la Fundación TBA21 (de Francesca Thyssen-Bornemisza). De todos estos candidatos, es la única que ha trabajado en el Museo Reina Sofía: en el año 2008 comisarió la exposición dedicada a Deimantas Narkevicius (Lituanua, 1964). En el Museo Thyssen-Bornemisza organizó con TBA21 una exposición sobre Claudia Comte. Y en ARCO de 2018 se encargó de una sección llamada El Futuro. Tiene un extraordinario conocimiento curatorial de las experiencias artísticas internacionales.
Director de La Virreina Centre de la Imatge de Barcelona desde 2016. Historiador del arte y escritor, tiene 51 años y una amplia experiencia en la gestión y programación de instituciones museísticas. Este barcelonés renovó hace un año su mandato por cuatro años gracias al proyecto que presentó al concurso de la dirección, que el jurado calificó como “excelente” por ser una propuesta “muy sólida y consistente, que aporta una nueva visión con un gran conocimiento del sector, muy estimulante, con planteamientos de especial interés y muy bien definido”. En los primeros cuatro años de su dirección, el centro expositivo de la Rambla organizó 42 exposiciones, 18 proyectos de investigación y 19 publicaciones, además de un amplio programa público. Uno de los mayores logrados por Valentín Roma en esta institución en pleno centro turístico es incrementar el número de visitantes y conseguir interpelar al público local. Es doctor en Filosofía por la Universidad de Southampton (Reino Unido) y fue conservador jefe del MACBA. Valentín Roma tiene el perfil más erudito y aperturista de estos candidatos.
Directora Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) desde 2020. Madrileña, de 54 años, historiadora del arte por la Universidad Autónoma de Madrid, trabajó a las órdenes de Vicente Todolí en los noventa, en el IVAM. Ha sido la responsable artística de la Fundación Antoni Tàpies de Barcelona entre 1998 y 2008, donde sustituyó a Manuel Borja-Villel. Ha sido comisaria en Manifesta 4 (Fráncfort, 2002) y de la 31 Bienal de Sao Paulo (2014). Puso en marcha en 2017 el centro de arte Bombas Gens, en València, y allí se mantuvo hasta asumir la dirección del IVAM, tras ganar el concurso público para sustituir a José Miguel G. Cortés. En su proyecto recalcó la recuperación del público de proximidad y atender a las poblaciones habitualmente excluidas de los museos por cuestiones de género, raza y clase. Además, ha enfatizado en la investigación de los fondos propios de la institución como eje capital del centro.