Juego de tronos fue una de las pioneras en convertir España en un plató internacional y, posteriormente, en un destino del turismo seriéfilo. Ocurrió lo mismo con el Parque Natural de las Bardenas Reales (Navarra), otro de los escenarios elegidos por los localizadores de la serie que vio cómo se pasaba de los casi 46.000 visitantes de 2015 a los 88.000 de 2019. O el conjunto arqueológico de la Ciudad Romana de Itálica (Sevilla), que se transformó en Pozo Dragón y duplicó en 2017 las cifras de antes de aparecer en la televisión.
No fue solo Juego de tronos. Disney rueda estos días en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València una serie de Star Wars y anteriormente había elegido Canarias para rodar parte de la película sobre Han Solo. Este archipiélago también fue elegido por los productores de Fast and Furious 6, Rambo, Eternals o Jason Bourne. El motivo hay que encontrarlo en sus paisajes, pero sobre todo en las deducciones fiscales. España devuelve parte del dinero gastado por un rodaje en territorio español mediante este método. Un porcentaje que ha ido variando y aumentando, provocando la llegada de muchas producciones de Hollywood a nuestro país.
La actual legislación dice que del primer millón gastado el Estado devuelve el 30%, y de los siguientes, el 25% hasta alcanzar una devolución máxima de 20 millones tras la última actualización (hasta ahora era de 10 millones). Es, decir, del primer millón se devuelven 300.000 euros y, de los siguientes, 250.000 euros hasta alcanzar la cifra tope. Actualmente, la normativa es la misma para películas españolas que para extranjeras, pero desde el Gobierno se ha puesto el foco en convertir España en un plató internacional. Por si fuera poco, lugares como Canarias —por la insularidad— y Navarra —por la foralidad— tienen una deducción más amplia: hasta un 50% para el primer millón y un 45% para los siguientes en Canarias, y 45% y 40%, respectivamente, en Navarra.
El impacto económico de los rodajes en el país es altísimo. Primero, por todo el dinero que una superproducción deja en servicios y técnicos en España, y después también por el turismo, por lo que compensa en términos globales la deducción fiscal. Por eso, desde hace años se dedican muchos esfuerzos en promover España como destino de rodajes. Una de las propuestas más ambiciosas del Gobierno de Pedro Sánchez es el denominado Hub Audiovisual, con el que pretende dotar de infraestructuras de primer nivel para atraer a las películas y series en un contexto donde todos los países ofrecen atractivos incentivos fiscales para llevarse las grandes producciones a sus decorados. En octubre de 2021 se anunció que se planeaban invertir 1.603 millones de euros en ayudas hasta 2025 para convertir España en una potencia cinematográfica internacional a nivel de atracción de inversión y rodajes. Pedro Sánchez dijo entonces que su intención era clara, convertir España en "el Hollywood de Europa”.
Ante el auge de los rodajes internacionales y su impacto en las cuentas públicas, el Ministerio de Hacienda ha realizado un amplio informe para revisar los beneficios fiscales y donde se ha introducido los destinados al cine. “La decisión de analizar este beneficio fiscal se justifica por su coste recaudatorio, que alcanzó 79 millones de euros en 2022 y que se estima en 89 millones de euros en el Presupuesto de Beneficios Fiscales de 2023”, cuenta el informe que muestra cómo han ido aumentando el número de obras que se acogen a estos beneficios al igual que lo ha hecho el dinero que se devuelve en forma de deducción fiscal.
Como se aprecia en el siguiente gráfico, de la seria de los últimos seis años, el ejercicio más lucrativo fue 2020, en el que la producción extranjera alcanza el 90%. Tras el impacto de la pandemia en 2021, el año 2022 ha retomado la actividad con fuerza.
El siguiente gráfico analiza la totalidad de deducciones fiscales en sus dos modalidades: rodajes cinematográficos y audiovisuales, y espectáculos en vivo. Del total de los beneficios fiscales del año pasado (78,9 millones de euros), las producciones extranjeras se llevaron un 76,2%, las españolas un 13,3% y el porcentaje restante (10,6%) fue lo que recibieron los espectáculos de artes escénicas.
Aunque las deducciones fiscales sean una medida a la que se pueden acoger tanto las películas extranjeras como las españolas, el informe deja claro que son las de fuera las que reciben más dinero. En 2022 los rodajes internacionales recibieron 60,1 millones de euros frente a los 10,5 de los españoles, esto supone que las empresas extranjeras se llevaron el 85% del dinero de incentivos fiscales de rodajes cinematográficos (largometrajes, cortometrajes o series), mientras que las españolas solo el 15% en esta misma categoría. El informe de Hacienda aporta también que los espectáculos en vivo —sin discernir si los producen empresas españolas o extranjeras— han recibido 8,3 millones de euros en incentivos fiscales.
Estas cantidades son inversamente proporcionales a las del número de empresas beneficiadas. Hay muchas más películas y series españolas que extranjeras, lo que se explica por el dinero que cuesta una producción española y el tipo de proyectos extranjeros que se ruedan. Una película española, con un presupuesto de dos millones de euros, obtendría un beneficio que no superaría los 550.000 euros en el mejor de los casos, mientras que las empresas extranjeras gastan mucho más dinero, tienen presupuestos más altos y reciben mucho más dinero en forma de deducciones fiscales. El número de beneficiarios españoles fue de 119 en 2022, frente a los 52 extranjeros.
Lo que llama la atención es cómo desde el año 2020 se ha visto un repunte claro tanto en el número de empresas beneficiarias de estas deducciones como del dinero destinado. Ese aumento se debe al cambio legislativo por el que se incrementa el tope del dinero que las producciones pueden obtener. Hasta 2019 ese tope era de tres millones de euros. Esto provocaba que los rodajes internacionales que vinieran a España no se dejaran una gran cantidad de dinero, ya que el máximo que iban a recibir de vuelta sería tres millones. En 2020 ese límite se aumenta a 10, lo que hace que las producciones consideren rodar más tiempo y más partes del filme y, de esa manera, dejar más dinero en España. En 2023 se vuelve a aumentar ese tope a los 20 millones en un claro esfuerzo por atraer cada vez rodajes más potentes.
Que el cambio legislativo funcionó lo dejan claro las cifras y lo subraya el informe. El actual momento de expansión "intensa y muy rápida" de rodajes extranjeros es una etapa que se inicia en 2016 y se extiende hasta 2023, año en el que se alcanzan los 414 contribuyentes y los 91 millones de euros. Arranca como consecuencia de la creación en 2015 de "las dos modalidades" (audiovisuales por un lado y espectáculos de artes escénicas por otro) y las "posteriores mejoras que se fueron introduciendo en su regulación normativa, hasta el extremo de llegar a rebasar en importancia a la modalidad primigenia correspondiente exclusivamente a las inversiones en producciones españolas de cinematografía y series audiovisuales”, según señalan los técnicos de Hacienda.
En la gráfica se aprecia cómo hasta 2015 solo hubo producciones españolas beneficiándose de esta medida, mientras que en 2016 entran 22 empresas extranjeras y se multiplican las españolas hasta las 65. Un aumento progresivo hasta las 119 nacionales y 52 internacionales. El segundo punto de inflexión en la cantidad gastada se produce en 2020 con el aumento del tope que pueden obtener de las deducciones. De 31,1 millones de euros gastados en rodajes internacionales se salta a los 52,8 de 2020. Las consecuencias de la pandemia se notan en una pequeña bajada el año posterior, pero vuelve a repuntar hasta la cima de 60,1 millones el año pasado. Una cantidad que, según las previsiones del informe se superará en 2023, cuando se prevén once millones para rodajes españoles y 68,4 para producciones extranjeras.
Las deducciones fiscales se han convertido en la forma más útil de atraer rodajes de Hollywood a países fuera de Estados Unidos, pero los propios estados del país se han dado cuenta de ello y desde hace años han desarrollado políticas para potenciarlos y hacer que los rodajes no se vayan fuera. Un informe de The Wrapbook Team de 2022 rastreó todas las medidas de los estados para ver cuánto dinero estaban devolviendo a las producciones que dejaban su presupuesto en dichos territorios.
La cantidad más alta de 2022 correspondió a Nueva York, que tiene presupuestados 420 millones de dólares al año para dar a las productoras en forma de deducciones fiscales. Le sigue Los Ángeles, con 330 millones, o Luisiana, con otros 150 millones. Hasta Estados como Nuevo México o Kentucky cuentan con una partida anual de 100 y 75 millones respectivamente (más de lo que dedicó España en su totalidad en 2022). Datos que, además, contradicen un extendido argumento que afirma que EEUU no da ayudas a su cine.