El escritor libertino Donatien Alphonse François de Sade (1740-1814) es un personaje polémico que algunas personas han visto como un pensador revolucionario y liberador, y otras como un autor pernicioso y corruptor. La exposición, que "no reivindica ni condena a Sade", muestra el impacto que sus polémicos textos han tenido en una serie de artistas e intelectuales, y explica cómo se ha convertido en un icono muy presente en la cultura de masas.

En el siglo XX se crearon numerosas obras que se referían a él de forma directa o indirecta, lo que puede considerarse "una señal de la fascinación, la incomodidad y las contradicciones que sus ideas provocaron durante el siglo pasado, además de una prueba del potencial subversivo de su producción literaria".

Sade. La libertad o el mal, que estará abierta al público hasta el próximo 15 de octubre, invita a revisar algunos estereotipos, por ejemplo, los asociados al término 'sadismo', y a reflexionar acerca de cómo la figura de Sade puede llegar a provocar conmoción y escándalo, por un lado, y ser aclamada como la personificación de la revolución, por otro.

Para realizar este análisis, la exposición habla de algunas figuras fundamentales de las vanguardias que han celebrado al autor, como Apollinaire, Georges Bataille, Dalí, Toyen y Man Ray; la visión crítica de Pasolini y las reflexiones de artistas contemporáneas que hablan de la libertad de expresión, la transmutación de los roles de género, el deseo, la violencia, la institucionalización del terror y el papel de la imaginación pornográfica en la sociedad de consumo.

El recorrido de la muestra contiene documentación de las "performances" históricas de Jean Benoît y Jean-Jacques Lebel, proyectos fotográficos de Marcelo Brodsky, Robert Mapplethorpe, Pierre Molinier y Susan Meiselas, aparte de referencias a obras de la literatura, el cine y el cómic, y vídeos de entrevistas con filósofos e investigadores.

En la muestra, las instalaciones de artistas como Laia Abril, Paul Chan, Shu Lea Cheang, Teresa Margolles, Joan Morey y Kara Walker conviven con producciones nuevas de Joan Fontcuberta y Domestic Data Streamers, con referencias a los trabajos escénicos de Angélica Liddell, Albert Serra y Candela Capitán, y con la filmación de un fragmento de la obra Le retour de Sade, de Bernard Noël, dirigida por Guillem Sánchez García e interpretada por Clàudia Abellán y Joel Cojal.

La visita a la exposición comienza con un prólogo dedicado a la vida de Sade, prosigue con cuatro ámbitos temáticos en torno a su legado cultural y filosófico, y termina con un epílogo acerca de su vocación teatral.

Los cuatro espacios centrales de la muestra reciben el nombre de "pasiones", término que proviene de la obra Los 120 días de Sodoma, que conduce al visitante por las "Pasiones transgresoras", que aborda la influencia sadiana en las vanguardias del siglo XX; las "Pasiones perversas", dedicada a los límites de la representación del erotismo; las "Pasiones criminales", centrado en el abuso, la crueldad y la dominación; y las "Pasiones políticas", sobre la violencia sistémica y el abuso de poder.

Primeras ediciones de los libros de Sade, fragmentos de Saló de Pasolini, obras de Dalí, Buñuel, Giacometti, Roberto Matta, André Masson, Meiselas, Mapplethorpe, Albert Serra se pueden contemplar en el recorrido expositivo, que se inicia con el "googlegrama" "Sade", un fotomosaico que recrea el "Retrato imaginario del marqués de Sade" (1938) de Man Ray a partir de 6.060 fotografías capturadas al aplicar como criterio de búsqueda términos como "marqués de Sade, sadismo, deseo, placer, dolor, transgresión, libertad, poder, violencia, neoliberalismo, capitalismo, consumo, barbarie y mal".