Nombres que se han repetido durante años una y otra vez. Es cierto que son apuestas seguras. Quién se puede resistir a la última obra de Nuri Bilge Ceylan, uno de los autores que siempre está en Cannes; o a la alfombra roja que te va a asegurar tener a Wes Anderson. Son apuestas que uno sabe que siempre van a estar.

Esa tendencia a repetir nombres y leyendas han que haya poco espacio para la novedad y la sorpresa. Es cierto que ha sido Cannes quien ha descubierto a nombres que han marcado el cine de autor reciente como Alice Rohrwacher, que también repite este año con su cuarta película. Fueron ellos los que no dudaron en introducir El hijo de Saul, una ópera prima tan contundente que terminó con el Oscar a la Mejor película internacional. O a Ladj Ly con su antisistema Los Miserables. Pero ese espacio es una excepción, el resto parecen destinados a los popes de la cinefilia. 

El análisis de la Sección Oficial de este año arroja un ejemplo perfecto de esas tendencias. Los nombres son los que se esperan, con alguna sorpresa que apunta a descubrimiento, pero lo que abundan son los directores blancos de más de 60 años. Entre los 21 títulos que compiten por la Palma de Oro, hay 14 realizados por hombres y siete para mujeres. 67% frente a 33%. A pesar de esa cifra, todavía muy mejorable y lejos de la paridad, es el año en el que más mujeres han sido seleccionadas para la Sección Oficial en las 76 ediciones de todo el certamen. La edad media es mucho mayor en los hombres que en las mujeres de la Sección Oficial. 65 años tienen ellos como promedio, mientras que ellas la bajan hasta 51. 

Hay muchos directores que han superado la edad de jubilación. El récord lo marca Ken Loach, que estrenará en La Croissette con 86 años la que parece que será su última obra, The old oak. Con 83, le sigue otra leyenda del cine europeo, Marco Bellocchio, que tras la maravillosa serie Exterior Noche regresa con Rapito (Secuestro). El podio lo completa Martin Scorsese, que finalmente estrenará en Sección Oficial, pero fuera de concurso, su esperadísima Killers of the Flower moon (Los asesinos de la luna). 80 años y todavía muchos proyectos en la cartera para el cineasta de EEUU. Si nos ceñimos solo a aquellos que compiten por el premio más preciado, el bronce sería para Wim Wenders con Perfect Days y sus 77 primaveras.

En la otra parte de la tabla destaca la juventud aplastante de Ramata-Toulaye Sy, la debutante de origen senegalés que estrenará en competencia por la Palma de Oro su debut Banel y Adama con 36 años. A su lado Sam Levinson, con 38 años, pero fuera de concurso presentando los dos episodios que el responsable de Euphoria ha dirigido de The Idol para HBO. La tercera más joven es otra mujer, la italiana Alice Rohrwacher, que tras ganar un Premio del Jurado con El país de las maravillas, otro al Mejor guion con Lazzaro Feliz y estar nominada al Oscar con su corto Le pupille, regresa con la esperada La chimera. Un talento más que consagrado con 41 años. El bronce en competición lo cierra la directora francesa Justine Triet con 44 años y el drama judicial Anatomía de una caída. Por tanto, mientras que los tres directores más veteranos son hombres, aquellas que traen frescura, y un cambio generacional a la Sección Oficial son las mujeres.

La diversidad también se nota en la entrada de directores de otras nacionalidades y etnias. Hay un director asiático, una mujer de origen senegalés, un realizador turco, otro de origen vietnamita y el mítico japonés Kore-Eda, otro de los nombres que nunca falla en la Sección Oficial, y más desde que en 2018 ganara la Palma de Oro por Un asunto de familia. Sin embargo, el porcentaje vuelve a estar lejos de la igualdad real. De los 21 directores luchando por la Palma de Oro, 14 son hombres y mujeres blancas y solo siete son racializados. 

El director del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, no quiso congratularse por el aumento de la presencia de mujeres, algo que consideró una “cuestión fundamental”. “No quiero felicitaciones, es una evolución”, dijo y volvió a dejar claro que en su certamen “no se mira el género, se seleccionan películas”. También reconoció que la presencia mayoritaria de hombres ha creado un imaginario masculino que se repite. Se acordó de Agnès Varda, que le puso una vez el ejemplo de cómo el cine bélico siempre lo dirigían hombres y habían creado unas formas concretas de contarlo. Fremaux destacó ese cambio de imaginario al que contribuyen las directoras. Ahora solo queda ver si también cambian las estadísticas de vencedoras, ya que en 76 años solo dos mujeres (Jane Campion y Julia Ducournau) han logrado la Palma de Oro.