Un posicionamiento que ha provocado, casi de forma instantánea, una reacción en forma de mentiras que han tenido al cine español como centro de los ataques, recuperando bulos olvidados que se repiten una y otra vez para intentar crear un estado de opinión en contra de los artistas. Políticos y medios han lanzado mentiras y fake news con Vox a la cabeza. El partido de extrema derecha no presentó un programa cultural, pero anunció un acto para mostrar sus medidas. Tampoco hubo programa allí, pero Abascal aprovechó para dar un mitin vendiendo su modelo de Cultura.
Un modelo en el que se alababan los toros, los héroes nacionales y la buena mesa y en el que atacaba al cine español. Vox dijo que quería rescatar la cultura, que llevaba “secuestrada durante los 45 años de democracia”. Obviaba el secuestro por parte de la censura durante toda la dictadura, a la que no hizo referencia. "Y no me olvido del cine español. También hay que promocionarlo y rescatarlo de cualquiera que pretenda apropiárselo como método de propaganda política o como sistema para rapiñar el dinero de todos (...) Abandonen toda esperanza los profesionales de la subvención", sostuvo, anunciando “un marco general de rebajas impositivas”. Casi al mismo tiempo el representante cultural del partido, Joaquín Robles López, llamaba al sector cultural “paniaguados”.
Se volvía al mantra de los rojos subvencionados, una mentira perpetuada por la derecha durante décadas. El cine español recibe subvenciones como lo hace cualquier cinematografía en todo el mundo. Eso sí, la cantidad que recibe es muchísimo menor a la del resto de países. En los presupuestos de 2023, los más altos de la historia para el cine, se superaron por primera vez los 100 millones de euros hasta los 167 y gracias a los fondos europeos. De esos 167 millones, 108 son los que pertenecen al Fondo de Protección a la Cinematografía con el que se financian las ayudas para producir películas.
Para el mismo año, Francia anunció una partida de 711 millones de euros para el Centro Nacional del Cine (CNC). En Alemania se aprobó una ley en 2018 para que el dinero para defender que su cine nunca bajara de los 150 —este año, según la agencia de desarrollo económico (GTAI), se situó en 193,6 millones de euros—. Italia también aprobó una ley en 2017, cuando se creó el Fondo del Cine y del Audiovisual, para que el cine contara con, al menos, 400 millones de euros anuales. Además, en 2022 se aprobó una partida de 53 millones dedicada exclusivamente para los jóvenes directores y las películas complicadas. Esto tendría su equivalente en el cine español con las ayudas selectivas, que en 2022 tuvieron presupuestadas 20 millones de euros. Menos de la mitad. Las subvenciones que recibe el cine son, además, inferiores a las que recibe cualquier otro sector.
Abascal aseguraba que la Cultura llevaba secuestrada toda la democracia. Olvida que la actual ley del cine fue aprobada por el PP y consensuada durante la legislatura de Mariano Rajoy, durante la cual él fue miembro del partido (abandonó en noviembre de 2013). También dijo que iba a fomentar las rebajas impositivas, unas rebajas que ya existen en forma de incentivos fiscales a los rodajes -la actual legislación dice que del primer millón gastado el Estado devuelve el 30%, y de los siguientes, el 25% hasta alcanzar una devolución máxima de 20 millones- que ha convertido nuestro país en una suerte de plató para rodajes internacionales.
Sus falsedades se trasladaban en forma de noticia gracias a una publicación de The Objective que volvía a perpetuar tópicos contra el cine español con datos inexactos y sesgados. El titular decía lo siguiente: “La película LGTB de Alba Flores recauda solo 67.000 euros tras recibir un millón en ayudas”; y en el texto se usaban frases como estas: “La película protagonizada por Alba Flores y subvencionada generosamente por el Gobierno de España, a través del Ministerio de Cultura, con un millón de euros (…) ha recaudado tan sólo 66.896 euros en sus primeros dos días en taquilla” o “Los pobres resultados obtenidos en taquilla complican la rentabilidad de la película, que obtuvo un porcentaje de ayuda en función del presupuesto muy elevado”. Se la comparaba con el último éxito de Santiago Segura, Vacaciones de verano, que en su primera semana recaudó 1.151.276 euros.
La noticia ponía énfasis en su temática LGTB y en su ‘protagonista’, Alba Flores. Cualquiera que hubiera visto la película, sabría que Alba Flores tiene un papel bastante secundario, y que la protagonista es Ana Wagener, pero eso no impidió señalarla y aprovechar para cuestionar su discurso antifascista en el pregón del orgullo en la misma noticia. Al incluir esos datos en el texto, se deslizaba que ambos motivos (su temática y su actriz) habían sido motivo de la “generosa subvención” de Cultura. Lo que no se decía en la notica es que las ayudas del Ministerio de Cultura se otorgan por un sistema de puntos objetivos que lo que valoran es, precisamente, la viabilidad económica del filme, y nunca la temática de una película. Da igual que sea LGTBI o hable del futuro distópico. Tampoco aporta quiénes son sus protagonistas; solo los éxitos en premios y taquilla de directores y productores. Por tanto, el hecho de que Alba Flores actúe en ella solo es una forma de señalarla como subvencionada. Además, los actores no reciben ni un euro de la ayuda del ICAA, sino que son los productores.
No era el único dato que se omitía o no era correcto. Se decía que la película había recaudado 67.000 euros. El día que se publicó la noticia la película ya llevaba más del doble, aunque no han actualizado el dato. La acusación de “generosa subvención” es otra declaración tendenciosa. De los 43 títulos con subvención en su convocatoria 32 recibieron esa cantidad (la habitual en estas ayudas y cantidades establecidas en las órdenes ministeriales que rigen cada convotactoria) y otras ocho recibieron más (1,4 millones). Por tanto no es una generosa subvención, sino la que corresponde. Se apunta, además, a una posible difícil rentabilidad por su éxito en taquilla, sin apuntar que actualmente las ventas a otras ventanas suponen una pata fundamental para su financiación. Esto en un filme que cuenta con dinero RTVE, Movistar Plus+, Canal Sur Radio y hasta de Netflix. Datos que se encontraban en la nota de prensa del filme, pero que no parecieron interesantes al hablar de su financiación.
Por último, es destacable la comparación con Santiago Segura, sin duda el reducto del éxito del cine español. Lo que no dicen es que Vacaciones de verano se estrenó en 435 cines y Te estoy amando locamente en 106. También podían haber apuntado que Segura no es infalible. Su anterior película como actor y productor, De Caperucita a loba, se estrenó en abril y en su primer fin de semana en 207 salas (el doble que Te estoy amando locamente) recaudó 54.840 euros, menos que el filme de Alba Flores. El filme se ha despedido de cartelera con 120.000 euros. Te estoy amando locamente ya acumula 186.000 euros en menos de dos semanas. El filme producido por Santiago Segura a través de su empresa Bowfinger recibió de ayuda 1,2 millones, más que el filme de la discordia, de un presupuesto de 2,5 euros.
De entre todos los estrenos españoles que pasan por sala, de los que la mayoría por desgracia no funcionan, The Objective solo ha hecho noticia de dos de ellos. Te estoy amando locamente, una película sobre los derechos LGTB cuyos protagonistas dieron un discurso antifascista y La piedad, dirigida por Eduardo Casanova. La noticia sobre su fiasco llegó, casualmente, después de que el actor y director insultara en un programa a José Luis Martínez Almeida provocando una campaña de acoso y derribo en dicho medio.
El mismo medio -entre otros muchos afines a la derecha como El Mundo o ABC- han sido los que también han extendido la noticia de que el Ministerio de Cultura ha vetado, censurado o impedido el estreno de un documental crítico con la figura de Pedro Sánchez. Se trata de El autócrata, de Carlos Hernando. El director mandó un comunicado asegurando que Miquel Iceta había “imposibilitado el estreno en cines antes de la convocatoria electoral del 23-J”, y que por tanto liberaba los derechos del documental para que cualquier web lo colgara. Ningún medio, tal como comunicó el Ministerio de Cultura, se puso en contacto con ellos para confirmar si lo que decía Hernando era o no cierto.
También se podía acudir a consultar la base de datos del ICAA, donde se encuentran todas las películas que han obtenido la calificación por edades, el requisito imprescindible para poder estrenarse en salas, y donde se puede ver el documento oficial en el que se dice que El autócrata presentó su solicitud el día 20 de junio y fue concedida el día 30 del mismo mes. El texto y las declaraciones del director no aportan ningún dato más que demuestre esa supuesta censura, ni tampoco declaraciones de los supuestos cines donde se hubiera proyectado. La película ni siquiera cuenta con una distribuidora, herramienta fundamental para lograr que una obra se proyecte en una sala comercial.
También ha sufrido esta campaña el actor Juan Diego Botto, que denunció a través de su cuenta de Twitter los terribles insultos y amenazas que está sufriendo por parte de la extrema derecha debido a una noticia falsa publicada en una web en la que se le atribuía a Botto una declaración en la que decía que se alegraría si ETA volviera ante una victoria de VOX en las elecciones. Un enlace que, en cuanto el actor denunció la campaña de odio que estaba sufriendo, fue retirado anunciado acciones legales.
El usuario que publicó el bulo también dejaba escrito un mensaje en el que insultaba al actor y le amenazaba haciendo referencias a su padre, que fue asesinado por la dictadura argentina. “Este argentino montonero, hijo de terrorista, está muy nervioso ante la llegada de Vox y la pérdida de las subvenciones con las que se paga la coca y las jovencitas. Este hijo de puta está pidiendo a gritos que le suban a un helicóptero a darse un paseo como hicieron con el terrorista de su padre”, decía el mensaje del usuario. Un terremoto de mentiras y acusaciones que dejan claro que la Cultura será señalada si muestra oposición.