Las presuntas víctimas no han acudido hasta ahora a la institución, sino exclusivamente a la prensa, subrayó el comunicado, lo que ha impedido concretar lo suficiente las alegaciones o valorar su credibilidad.
El órgano de la capital alemana había abierto las diligencias contra Lindemann a mediados del pasado mes junio, según confirmó entonces una portavoz a EFE, de oficio y a raíz de denuncias de terceros. Las primeras alegaciones contra el cantante de la popular banda salieron a la luz en mayo, cuando una joven irlandesa afirmó haber sido drogada en un concierto de Rammstein en la capital lituana de Vilna.
A ello le siguió un aluvión de testimonios de otras mujeres mayoritariamente anónimos, recogidos en diversos medios alemanes e internacionales, que denunciaron la existencia de un supuesto sistema en torno al cantante para captar a jóvenes con las que pudiera tener relaciones sexuales tras los conciertos.
Algunas afirman que se sintieron intimidadas o violentadas por la actitud de Lindemann, mientras que otras han declarado que el cantante abusó de ellas mientras estaban inconscientes.
En consecuencia, algunas marcas anunciaron el cese de la cooperación con la banda y se sucedieron los llamamientos al boicot de los conciertos, que, sin embargo, resultaron poco exitosos. Un ejemplo de ello fue que después de conocerse la investigación por abusos, el grupo de heavy metal y su cantante tocaron en España este pasado mes de junio.
Lindemann, por su parte, rechazó taxativamente las alegaciones a través de su abogado y emprendió acciones legales contra diversas mujeres que habían hablado públicamente sobre sus encuentros con él, así como contra varios medios de comunicación que habían informado sobre el escándalo.