El cineasta estrenó la semana pasada su última película, Dispararon al pianista, que ha dirigido junto a Javier Mariscal. Una cinta de animación a ritmo de jazz y bosanova sobre el pianista brasileño Tenório Junior, que desapareció en Argentina en marzo de 1976. Un largometraje sobre "alguien que no se metía en política, pero el tren le pasó por encima". "Los padres, sobre todo de la época de Franco, te decían que no había que meterse en política, para protegerte", expuso apelando a los asistentes, que en seguida confirmaron que era una advertencia que ellos mismos habían escuchado en numerosas ocasiones.
"Yo nunca he militado en un partido, pero he votado siempre porque es obligatorio. Y nunca he votado enamorado del que votaba. Siempre he pensado en quien era el menos malo y el que menos daño iba a hacer", comentó provocando la sonrisa de los socios que acudieron a la entrega de 'En la redacción con', el espacio de conversación creado por el elDiario.es que en el que previamente han participado otras figuras como la escritora y filósofa Elizabeth Duval y la directora del CNIO, María A. Blasco.
El cineasta aprovechó la ocasión para reivindicar el papel de la cultura, por cómo las conversaciones y los espacios en los medios de comunicación suele ocuparlo la política. "Muchas veces los políticos hablan para que los medios reflejen lo que dicen, más que porque realmente piensen lo que están diciendo. Hay una especie de convivencia que a veces es insoportable por la tensión que pueden generar. Los ciudadanos no necesitamos tensión, ni tampoco que nos hipnoticen. Queremos que nos cuenten los problemas reales y las soluciones. Esta especie de ceremonia continua de declaraciones es agotadora", sostuvo.
También apuntó que hay algo intrínseco en el carácter de los españoles que tiene que ver con que buscamos escuchar o leer aquello con lo que estamos de acuerdo.: "Solo nos reímos cuando nos dicen lo que queremos que nos digan".
El cineasta, ganador del Oscar a Mejor película de habla no inglesa en 1993 por Belle epoque, afirmó que lo principal que busca al hacer películas es "contar una buena historia". Y que en el caso de su último largometraje, cuando descubrió a Tenório Junior, sintió que la suya lo era. El director reivindicó la "humildad" como clave para poder desarrollar una buena carrera y como máxima que aplicar en cualquier ámbito, en especial el suyo: "La humildad es muy buena, sobre todo para los que nos dedicamos al arte, que tenemos tendencia a venirnos arriba y a creernos cosas".
Entre las preguntas realizadas por los socios, el suscriptor Juan Antonio planteó que, tras conocer el ensalzamiento de La Ilíada como libro perfecto para tener en la mesilla de noche, quería saber su opinión sobre la Biblia. Trueba expuso que en este caso era un volumen que recogía muchas historias, entre las que había algunas "preciosas", como los Evangelios: "Cada uno puede tener sus preferencias, pero la Biblia es una biblioteca, no un libro".
Otro asunto abordado durante la charla, y que despertó en especial el interés entre los presentes, fue conocer el vínculo entre las altas esferas de poder y el cine. "No sé si tiene mucha relación, espero que no", reconoció provocando de nuevo la complicidad con los asistentes. En seguida expuso que "nunca ha sido muy estrecha" y mencionó a Pilar Miró, que fue Directora General de Cinematografía entre 1982 y 1985, como la figura que más lo ha apoyado.
Trueba aportó su propia "explicación psicoanalítica" a por qué los políticos "pasaban tanto del cine español tanto", basándose en un hecho real: "Alfonso Guerra y Carlos Solchaga intentaron entrar en la antigua Escuela Oficial de Cine, había un examen muy duro y no entraron. Tenían un rencor al cine español impresionante porque: '¿Quiénes son estos idiotas que están haciendo las películas en vez de yo?'. Por eso no les teníamos a favor".
El director compartió que en su momento se contaba que Guerra cruzaba del Congreso de los Diputados al cine Palace siempre que proyectaban Muerte en Venecia y La Marquesa de O. Dos títulos que indicó que no se parecían mucho a "cómo se comporta él": "Parece más de una comedia de los sesenta como Las chicas de la Cruz Roja o Los tramposos". Javier Zurro aprovechó la tesitura para preguntarle si Alfonso Guerra podría haber sido nuestro Víctor Erice. "No sé", fue la respuesta que aportó tras quedarse varios segundos en silencio, dubitativo y sonriendo.
"No, ni quiero. Con todos mis respetos". Así de tajante reaccionó Trueba al ser preguntado por si había ido al cine a ver Barbie, la cinta de Greta Gerwig que se convirtió en el gran fenómeno del año desde su estreno el pasado mes de julio. El director reconoció que le gustó mucho su ópera prima, Lady Bird, pero que su segundo filme, Mujercitas, no tanto. "Es imposible pasar de ser indie a hacer un blockbuster tan rápido", valoró. Y no porque considere que hacer un blockbuster sea malo –mencionó En busca del arca perdida y ET como ejemplos del filmes que lo son y que sí le gustan–.
"La industria americana tiene tal cantidad de dinero que compran la mayor gilipollez que exista. Vamos a suponer que hay una aún mayor que Barbie, aunque es difícil. Y piensan: '¿Cómo podemos darle la vuelta a esto? Vamos a escoger a dos escritoras feministas, a un premio Nobel de la Paz y de Física, para hacerlo ligerito a la sociedad de 2023'. Que se coman Barbie, la aplaudan, no la puedan criticar y la fábrica de juguetes pueda seguir vendiendo, en vez de cerrar. En Hollywood tienen dinero para hacer cualquier cosa, porque el talento se compra", argumentó.
Ganar un Oscar convierte a los cineastas en figuras con potencial para recibir ofertas desde Hollywood para rodar nuevos largometrajes. Coyuntura de la que también se vio beneficiado Trueba. Entre los proyectos que se le ofrecieron, Two Much, con Antonio Banderas y Melanie Griffith, sí que salió adelante. También le propusieron hacer dos comedias: "Una de ellas sí que se llegó a hacer, tenía un guion precioso que habían escrito dos mujeres. Me gustaba mucho. Decidí no hacerla... Y se la cargaron". Era Novia a la fuga. Sí. Fernando Trueba pudo haber dirigido Novia a la fuga. "El guion era estupendo, la película no", sostuvo.
Según reveló, el poder de las estrellas, en este caso sus protagonistas Julia Roberts y Richard Gere, fue clave en la 'destrucción' del filme. "Roberts tenía un guionista particular para mejorar las líneas de diálogo de su personaje. Richard se enteró y contrató a otro. Para conseguir ser uno más guapo que el otro... Se cargaron la película", criticó sobre la influencia de, en este caso, el star system.
Una película que sí defendió, aunque no por haber podido dirigirla, fue Historias de Filadelfia, sobre la que pronunció: "Me gusta tanto que no tengo ni palabras. Me gustaría ser parte de ella y que no acabara nunca. Lo más grande del cine es cuando quieres vivir en una película y no quieres salir de ella".
Trueba compartió con los socios que él mismo lleva siendo suscriptor de elDiario.es desde que el periódico abrió sus puertas. De ahí a que se dirigiera a los presentes "de suscriptor a suscriptor". María José, también socia, declaró tras el encuentro a este medio que le había parecido "muy interesante". "Él es una persona que tiene mucha cultura y lo hace mucho más ameno". Su amiga Amaia, que ya había acudido a ediciones previas de 'Un encuentro con' sostuvo la misma postura. "Son momentos de escuchar cosas diferentes", valoró sobre la actividad.
Raquel acudió movida por su interés por la carrera del cineasta: "Me gustó cuando dijo que creía en Billy Wilder. Hizo que me hiciera su fan. Contara lo que contara iba a ser todo ojos y todo oídos".
El socio José Manuel, que aprovechó para hacer alguna pregunta él mismo durante la charla, aportó que "además de ser un director magnífico, es una persona con una cultura increíble". Isabel, su acompañante, reivindicó que "se atreve a opinar como piensa sin quedarse en la cuerda de lo que se espera que diga". "Este tipo de intervenciones se habían perdido, si estás fuera de lo políticamente correcto, parece que no existes. Entonces, alguien que se atreva a decir sin filtro lo que opina, y además desde ese conocimiento que tiene, es una alegría", aplaudieron.