El Gobierno de Ximo Puig negoció para que Europa levantara el veto, y finalmente el año pasado lo logró. Ciudad de la Luz comenzaba a buscar la forma de reflotar y de volver a ser el punto neurálgico de la industria audiovisual europea. Tras unas elecciones autonómicas en medio, será el gobierno de PP y Vox quien tenga la labor de hacerlo. De momento lo han anunciado en Madrid en un evento que pretendía ser multitudinario y al que no fueron ni el presidente de la Comunitat, Carlos Mazón, ni la Consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes, a pesar de estar anunciada su asistencia.
Mandaron un vídeo para vender el gran regreso y Mazón apuntó como grandes atractivos para “acoger rodajes”, el sector “hotelero, gastronómico y turístico”, además de hacer mención a un “ecosistema público y privado”. Montes quizás parafraseó a El Padrino, o no, pero acabó su intervención con una afirmación: “Será una oferta irrechazable”. Ni una mención a los productores valencianos, ni al ecosistema artístico y cultural necesario para levantarlo.
Este anuncio llega tras la noticia, publicada por Alicante Plaza, de que será una empresa extranjera, MBS, quien probablemente gane la licitación para “contribuir al desarrollo técnico y comercial”. El concurso realizado para la "dirección operativa" -ya planeado por la administración anterior incluso con el mismo pliego- de los estudios de Ciudad de la Luz, es decir para su gestión técnica, irá a una compañía con experiencia en otros estudios de rodajes. El propio Fermín Crespo, director general de la Sociedad Proyectos para la Transformación Digital (que en sus labores tiene funciones tan variopintas como la gestión de Ciudad de la Luz, el Distrito Digital o la regata internacional Ocean Race), confirmó en el acto que, si no hay sorpresa de última hora, será MBS quien ganará el concurso. Crespo ha recalcado que será su Dirección General la que conserve la gestión aunque la empresa a la que se adjudique el concurso "contribuirá a lo técnico", favoreciendo que los rodajes sean "mucho más sencillos".
Una empresa que presentó una oferta un 18,9% más baja respecto al precio de licitación, lo que hizo que inicialmente fuera considerada como “baja temeraria”, según publicó el mismo medio. De hecho, se realizó un requerimiento para que justificaran a qué se debía esa oferta tan a la baja, a lo que contestaron que era por la disponibilidad de recursos y de estructura propia. Tras la presentación del acto, Crespo ha contestado a elDiario.es sobre dicha oferta asegurando que "no hay polémica sino una cuestión de "gestión empresarial”.
“La palabra polémica no es la adecuada. Esto es una licitación y en la licitación cada uno hace lo que considere. Las empresas gestionan sus recursos como mejor consideren y ellos han hecho una oferta más baja en lo económico directo, pero han mantenido el porcentaje porque ellos consideran que van a tener mucho éxito en la venta. Es una forma de gestionar una empresa, buscar el marco más conveniente para ti. Ellos han considerado que prefieren tener una muy buena puntuación en el coste general, pero arriesgar un poco más en la venta porque consideran que con su estructura internacional de más de 100 estudios en todo el mundo, pueden tener mayor margen", ha asegurado y subrayado que en el pliego no se puede especificar que el concurso tenga que ser para una empresa española sino que estaba abierto a todo el mundo.
La puesta de largo llega en un momento de desconexión total entre los productores valencianos y la Comunitat. La gota que ha colmado el vaso es la enmienda en los presupuestos de 2024 presentada a última hora por PP y Vox en el que se quitaba la subvención de 260.000 que recibía la Acadèmia Valenciana de l’Audiovisual. El total tras la enmienda se queda en cero euros. Nada. Una ayuda de la que 100.000 euros se destinaban a la realización de los Premios Berlanga que reconocen el audiovisual valenciano (cine, series y videojuegos) y el resto, para la oficina de internacionalización del audiovisual valenciano. Si sale adelante la enmienda, se confirmará el intento de desmantelamiento de la institución. Esto se produce, además, después de varios actos de censura a la cultura valenciana y a la declaración del conseller de Cultura, Vicente Barrera, asegurando que retiraría la subvención para instituciones “pancatalanistas”.
Tras la enmienda también hay un movimiento para privatizar y externalizar la gala de los premios, que pasará de llamarse Premios Berlanga a Gran Gala de las Artes Valencianas. Premio Sectores Culturales. Se convocará un concurso público dotado con 100.000 euros para la empresa que vaya a organizar el evento en vez de, como ocurre en todos los premios autonómicos, donde son las propias academias quienes los convocan y celebran. Unos nuevos galardones que no podrán denominarse Premios Berlanga, ya que los derechos del nombre forman parte de la Acadèmia.
Los productores valencianos muestran su queja ante la situación y aseguran que está siendo imposible que se les reciba para escucharles. La Acadèmia Valenciana de l’Audiovisual, ante esta enmienda, ha mandado un comunicado en donde asegura que está “garantizada la continuidad de los Premios Berlanga”, que realizarán por su cuenta y riesgo. Subrayan que son “la única entidad que agrupa todo el audiovisual valenciano”. Tras una asamblea para ver cómo actuaban ante el movimiento de PP y Vox, la Acadèmia ha decidido seguir adelante con los Berlanga, ya que los considera una “herramienta clave y efectiva para promocionar y poner en valor las obras y los profesionales del sector audiovisual valenciano”.
La asamblea ha querido también destacar que “los Premios Berlanga son, además, los más democráticos, plurales y representativos del sector audiovisual puesto que son los únicos votados individualmente por todos y cada uno de los y las profesionales que forman parte de la Acadèmia”. Durante el encuentro también se insistió “en la necesidad de tender puentes de diálogo y colaboración entre los representantes del sector audiovisual y los responsables de la administración”, pero también dejan claro que está siendo complicado.
“En la asamblea se ha informado que desde la Acadèmia se ha solicitado en repetidas ocasiones un encuentro bilateral con los representantes políticos con responsabilidades en el sector audiovisual. Una reunión que, a pesar de esto, todavía no se ha producido. La asamblea ha acordado que pese a las diferentes solicitudes no atendidas se continuará insistiendo, con las manos abiertas, para forjar esta colaboración necesaria e inevitable”, dicen en su comunicado.
Sobre este asunto tampoco ha querido mojarse Fermín Crespo: “Yo dirijo la empresa pública y conmigo la sintonía es buena. No he tenido ningún problema hasta el momento y en mis 10 semanas de gestión ha pasado por allí todo el mundo. Las decisiones políticas que tengan que tomar las tomarán, pero yo me dedico a gestionar una empresa pública y nos centramos en aquello que nos corresponde”, ha zanjado.