"Seguiremos protegiendo la obra de nuestros autores, difundiéndoles e intentando que obtengan una remuneración justa por su trabajo", ha asegurado este martes el responsable en la sede de la institución en Madrid. El guionista ha recordado cómo fueron los inicios de la entidad, en los que el periodista y escritor Sinesio Delgado y el compositor Ruberto Chapí desempeñaron un papel clave.
Sus obras, junto a las de, entre otros, Tomás López Torregrosa, Carlos Arniches y Jacinto Guerrero, serán interpretadas por la Orquesta Sinfónica del Vallés en el Palau de la Música Catalana de Barcelona el próximo 15 de enero. El recital reivindicará a las compositoras Narcisa Freixas y María Rodrigo, e incluirá la considerada como la zarzuela catalana más famosa, Cancó d'amor i guerra, de Rafael Martínez Valls.
Recuperar el espíritu de La Barraca es uno de los grandes propósitos de la institución, que va a poner en marcha siete escuelas sociales para contribuir, a través de las artes, al desarrollo socio cultural y la empleabilidad de colectivos en riesgo de exclusión social. Estos centros, ubicados en Barcelona, Bilbao, Madrid, Las Palmas de Gran Canaria, Santiago de Compostela, Sevilla y Valencia, iniciarán su actividad –prevista para, de momento, dos años– iniciarán su actividad a partir del mes de febrero.
El objetivo es seguir la estela de la compañía ambulante de teatro universitario que, bajo la dirección de Federico García Lorca y Eduardo Ugarte, acercó las obras del Siglo de Oro español a los rincones del país olvidados por la cultura.
La irrupción de la IA se ha convertido en uno de los asuntos con más relevancia a abordar en las prácticas creativas, ya que su uso se ha extendido y continúa haciéndolo como la pólvora. La institución defiende que urge una reflexión global, que incluya el "impacto global de la IA en los derechos de propiedad intelectual, la remuneración justa y la transparencia en el sector de las industrias culturales".
Por ello, de la mano de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, celebrarán un congreso internacional los próximos 14 y 15 de marzo en el que tratarán de dar respuesta a cuestiones relativas a cómo se usa actualmente la IA en la industria cultural, cuál debería ser su uso sostenible y ético en el futuro, cómo proteger los derechos de propiedad intelectual y garantizar una remuneración justa en un contexto en el que cada vez es más influyente.
La UE, liderada por España, acordó el pasado mes de diciembre la primera ley de IA. El presidente de la SGAE ha advertido que, aun así, "todavía queda mucha tela que cortar". "Está por cerrar cómo se va a valorar todo lo que sirve de entrenamiento a la IA, que son obras de los autores. Las que se crean son, por lo tanto, derivadas. Falta por ver qué autoría se les plantea y hasta qué punto hay o no una autoría. Esto implica poner unos límites, y hacerlo sobre una cosa así es muy difícil", ha argumentado.
Onetti ha valorado que, en el marco nacional, el Gobierno está trabajando en su regulación. "Para nosotros es importantísimo. Estamos viendo todos los días cómo la IA aparece por todas las esquinas", ha recordado. "Pienso que todas las herramientas son buenas dependiendo de cómo se usen. Hasta ahora, la IA ha demostrado que la obra humana está siempre por encima, pero la obra artificial crea un sucedáneo que te la puede colar a veces. Los gustos del público tendrán mucho que decir", ha apuntado. Como petición, ha concluido que espera que no se convierta en una herramienta "lesiva" para los autores.
El presidente ha reivindicado que el 125 aniversario llega en un contexto en el que la entidad está "volviendo a sus mejores momentos". Onetti ha reconocido que han vivido una "última época muy convulsa. Hace cinco años SGAE tenía la peor crisis de la última época". El responsable ha recordado que fueron expulsados de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC), para posteriormente ser readmitidos.
"En los dos últimos años hemos recuperado el nivel de recaudación de cinco años atrás. Hemos asentado una sociedad que estaba convulsa y ahora está normalizada y dedicada a recaudar, repartir y proteger a los autores, que es a lo que nos tenemos que dedicar", ha sostenido su máximo responsable. Sobre la época más problemática ha afirmado que siguen quedando flecos judiciales, que ha achacado a la "lentitud" de la Justicia en España.