Pero, aún así, pronto comenzaron a verse las costuras del nuevo modelo.
Ninguno de los directores, en teoría responsables de la programación, salieron a explicar y valorar la programación. Sí salieron cada uno de ellos a presentar las obras que dirigirán este año en los teatros. Ainhoa Amestoy presentó su proyecto de estrenar la obra de Valle-Inclán Los cuernos de Don Friolera, Olga Blanco presentó su pieza Paisaje dentro de Paisaje: 3, y Albert Boadella presentó su nueva creación de teatro musical, Ella, que abordará el trauma de una mujer que ha sido violada.
Tan solo Alonso de Santos, a parte de presentar El Alcalde de Zalamea que estrenará en el espacio grande de Canal durante casi un mes, hizo referencia a su labor como responsable de la programación, un papel que no supo bien cómo denominar llegando a nombrar su labor como una consultoría. El autor y director vallisoletano habló de la gran responsabilidad que suponía, “elegir es beneficiar, pero también perjudicar”, dijo, y explicó que el problema del teatro “es distinguir el trigo de la paja, no es fácil, tienen el mismo color, nacen de la misma tierra. La única diferencia es que la paja no se come. Tengo la impresión cuando voy al teatro que muchas veces me dan paja, que no hay quien se la coma. La responsabilidad es dar solo trigo”.
La danza, los toros y la hispanidadPero realmente la presentación comenzó cuando compareció Mariano de Paco, que quiso hacerlo el último y además responder a las preguntas de la prensa. Algo inusual en el sector cultural. Los consejeros de cultura, al igual que los ministros, no responden preguntas relativas a las líneas de dirección artística de un teatro. De Paco comenzó eufórico y califico a los Teatros del Canal como el “gran puntal” de la cultura de la Comunidad de Madrid, “esta programación es nuestra forma de ver el mundo, la cultura, la vida y el ser humano”, afirmó.
Mariano de Paco responde a las preguntas de la prensa sobre la programación de los Teatros del CanalQuiso ensalzar el consejero la importancia del nuevo Ballet Español de la Comunidad de Madrid dirigido por Jesús Carmona, que presentará en octubre un programa doble con obra de Isaac Albéniz y una segunda parte dedicada al flamenco. No perdió la oportunidad De Paco en situar a la Comunidad de Madrid frente al gobierno central y afirmó que “ya quisiéramos que Ernest Urtasun crease un centro para la danza, a ver si deja de prohibir toros y hace lo que tiene prometido”.
De Paco quiso también celebrar la decisión de que los Teatros del Canal sean además productores de piezas teatrales, enalteció la hispanidad diciendo que es “color, acción y ritmo” y sus acuerdos con entidades chilenas, mexicanas y argentinas, y afirmó que la idea es que los trabajos producidos por Canal puedan viajar por toda Hispanoamérica llegando a soñar con el Ballet Español de la Comunidad de Madrid viajando por todos esos países y al mismo tiempo teniendo una segunda unidad trabajando en Madrid.
Anunció su acuerdo con el Complejo teatral de Buenos Aires, entidad que ha producido la nueva obra de Lluis Pasqual, La gran ilusión del napolitano Eduardo De Filippo. “Además, tengo que daros una primicia. Antes de que acabe esta legislatura, Pasqual también estrenará La vida es sueño de Calderón y Bodas de sangre de Lorca”, afirmó sobre este director que al principio iba a ser responsable de la programación internacional pero que ahora ha pasado a ser, en palabras del consejero, “director invitado”.
Algo que también ha pasado con Ana Zamora, que si bien en diciembre fue presentada como directora artística de los Teatros del Canal en la programación dedicada al teatro medieval y renacentista, de la que la directora es gran especialista, hoy ya no lo es. “El modelo ha ido variando, hablando con Ana vimos que su proyecto no se ceñía a este teatro y estamos desde la consejería trabajando con ella para un proyecto patrimonial donde poder ver ese teatro en plazas, iglesias y otros espacios de la Comunidad”, explicó De Paco.
Teatro clásico, repertorio y saltos de alegríaEl acto, sin embargo, cambió cuando se abrieron el turno de preguntas. Ante el requerimiento de que fuese el gerente del teatro quien respondiese a preguntas sobre la programación, De Paco contestó, “respondo yo que soy su jefe”. Cuando se le preguntó entonces por ciertos desequilibrios en la programación ante la ausencia de nuevos creadores y dramaturgos, su repuesta fue “no me sé la programación, no sé si hay dramaturgos con obra publicada en los últimos quince años”, pero apuntó que también hay una sección para las artes vivas que dirige Olga Blanco y que solo se darán en el espacio más pequeño de los Teatros, la Sala Negra.
Admiro a Alex Rigola y el trabajo que realiza Natalia Simó ahora en el Centro Conde Duque, pero la programación que hacían aquí era brillante pero estanca
Además, afirmó que la programación era mucho más amplia que con anteriores direcciones que hubo en este teatro, “admiro a Alex Rigola y el trabajo que realiza Natalia Simó ahora en el Centro Conde Duque, pero la programación que hacían aquí era brillante pero estanca”, para luego pasar a defender una programación como la de este año, donde está presente también el teatro clásico y el repertorio.
Cuando se le volvió a preguntar por un exceso de obras de repertorio que además ya están presentes en la cartelera madrileña con autores como Chéjov o Shakepeare, De Paco volvió a defender su modelo y concluyó que “ojalá haya al mismo tiempo en Madrid seis 'alcades de Zalamea' y otros tantos 'caballeros de Olmedo'”, refiriéndose a las obras de Calderón y Lope de Vega. Dijo el consejero no entender el tono de las preguntas, reconvino a la prensa a ser más positiva, afirmando que todo el mundo “tendría que estar dando saltos de alegría”. Nada pudo parar su entusiasmo, llegando a decir que “llegará un día en que habrá reventa para ver las obras de este teatro” y terminando con un aclarador “creo en el crecimiento y la libertad”.
Detrás queda una programación muy extensa a la que se unirá las programaciones que este teatro aloja de otros festivales de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid como son el Festival de Otoño, Madrid en Danza, la Suma Flamenca o Teatralia. Una programación en la que entre otras propuestas destaca la presentación del último trabajo de Angélica Liddell que estrenará este año en el Festival de Aviñón, DÄMON, el funeral de Bergman, y la creación de un nuevo festival, Riesgo, dedicado a las artes circenses.
Estarán también nombres como Nuria Espert, que presentará Todos pájaros de Wadji Mouawad y estará dirigida por Mario Gas; el director británico Declan Donellan con un Hamlet; o el coreógrafo Marcos Morau que presentará nueva coreografía, Cathedral, con el Scapino Ballet de Rotterdam. Llama también la atención de la inclusión de dos trabajos que se estrenarán en Festival de Teatro Clásico de Merida: Medusa, obra que aborda el mito de la gorgona y está protagonizado por Victoria Abril; y La Paz, celebración grotesca sobre Aristófanes, versión del gran Francisco Nieva que lleva al teatro Rakel Camacho. Una programación que ha sido dotada con seis millones seiscientos mil euros, dos millones dos cientos mil euros más que el año pasado.