“Es una película que va a dar mucho que hablar, obviamente, y que habrá gente en contra y gente a favor”, había avanzado el director del Festival, José Luis Rebordinos, a elDiario.es, que considera que lo que el cineasta ha llevado a cabo en su filme es “acercarse a ese mundo con una mirada de artista”.
“No es una película para decir apoyar si toros sí o ir en contra. Hay un fenómeno cultural donde hay una violencia contra los toros brutal, que eso es así, nadie lo puede negar. Creo que no lo niegan ni los propios taurinos”, añade, “y bueno, hay cada vez más un movimiento fuerte en la sociedad que cree que eso es maltrato animal y que no se debe permitir”. Precisamente a principios de septiembre el Ministerio de Cultura fulminó el Premio Nacional de Tauromaquia con un apoyo ciudadano de más del 90%. Una decisión que ya avanzó el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el pasado mes de mayo.
“Aunque Albert Serra ha señalado que su enfoque es principalmente estético, desde PACMA consideramos que este tipo de representaciones plantean graves preocupaciones éticas”, ha explicado el vocal de la Junta Directiva del partido animalista, Asier Esparza, en un comunicado. “Al ofrecer una visión romántica e íntima de una práctica controvertida como la tauromaquia, se corre el riesgo de normalizar y perpetuar una tradición que implica violencia hacia los animales, algo que va en contra de los valores éticos que deberíamos defender”, ha añadido.
Arrinconar la “violencia hacia los animales vestida de cultura”El Partido Animalista ha destacado que el festival recibe “un considerable apoyo económico” proveniente de fondos públicos gestionados por instituciones como el Ayuntamiento de Donostia, el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa, y que, por tanto, los ciudadanos “tienen el legítimo derecho de exigir que esos recursos públicos no se destinen a dar visibilidad a contenidos violentos”.
También destacan que, dado que se trata de un evento de prestigio internacional que proyecta una “imagen cultural de España al mundo”; “permitir la difusión de una obra que trata de humanizar la tauromaquia es dar a entender que los españoles, en general, estamos de acuerdo con ella, cuando la realidad actual es muy distinta”. “Creemos que, como referente cultural, el festival debe alinearse con los valores de la sociedad actual donde la violencia hacia los animales vestida de cultura está cada vez más arrinconada”, ha concluido.