Su apuesta es siempre la misma, afrontar cada polémica y cada pregunta de forma frontal. Rebordinos nunca se escabulle. No lo hizo el año pasado, cuando programar el documental de Jordi Évole hizo que desde la derecha le acusaran de blanquear la figura del etarra Josu Ternera.
Este año la edición parecía tranquila, aunque era evidente que tener un documental sobre el toreo el año en el que se ha eliminado el Premio Nacional de Tauromaquia podía ser controvertido. Aunque nadie lo ha visto, solo los programadores del certamen ―Rebordinos entre ellos―, también es evidente que no será un documental al uso, porque Tardes de soledad lo firma Albert Serra, el cineasta más radical y la mirada más personal y de autor del cine español en este momento.
Cuando uno diseña una edición del Festival de San Sebastián, ¿hay una línea editorial?, ¿cuál sería la de este año?
Nosotros tenemos unos criterios con los que seleccionamos. Por un lado, obviamente y como todos los festivales, buscamos películas de los grandes directores que son esperadas y que los medios de comunicación y los espectadores tienen ganas de ver. Si tu tienes la última de François Ozon, de Joshua Oppenheimer o de Costa-Gavras, obviamente a priori apetece verlo. Luego te pueden gustar más o menos, pero apetece verlas.
Por otro lado, San Sebastián está muy empeñada en la búsqueda de nuevo talento. De hecho, verás que hacemos muchas actividades en ese sentido, y hay en sección oficial un par de películas que para mí van a ser grandes sorpresas y que son primeras y segundas películas. Esa es otra línea. Y luego hay otra, que es la búsqueda de nuevos caminos, que muchas veces eso se va más hacia Zabaltegi Tabakalera, pero que también en la sección oficial hay películas de este estilo. Son tres líneas de trabajo claras y que tenemos en mente el equipo.
El director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos, durante la entrevista con EFE en San Sebastián. EFE/ Javi ColmeneroSobre la sección oficial de este año yo creo que hay dos líneas que a mí me gustan. Una es que está presente el cine de género, que puede ser de autor y que siempre lo defendemos. Este año tenemos un musical como The End, tenemos una película de terror pura y dura como es El llanto, o una serie B como Serpent’s Path, que es una peli de Kiyoshi Kurosawa pero que es una serie B que se declara como tal desde el primer plano. Y luego está la búsqueda de ese cine social, que habla de la realidad, de lo que está pasando. Eso lo ha tenido siempre San Sebastián, esa parte un poquito más política.
Imagino que cuando ven las películas notan que hay temas que están latiendo en la sociedad del momento. A priori parece que la violencia contra las mujeres, o la muerte, son dos temas que se repiten en las películas de este año.
Está también el tema de la pobreza en Europa, de los nuevos pobres. Películas que hablan del problema de que en este estado del bienestar algo está fallando. Como has dicho está el tema de la mujer. Un tema en el que no es que estemos peor, al revés, probablemente estemos mejor que nunca, pero el cine antes no lo contaba. Hay una preocupación, porque la cantidad de maltratos o asesinatos de mujeres que hay es inaguantable e insostenible como sociedad. Y mencionabas la muerte. Yo creo que tiene una lógica. Cada vez vivimos más y las sociedades son más mayores, están más avejentadas, y hay una preocupación de qué hacer con nuestros mayores o qué va a pasar con nosotros cuando seamos realmente ancianos. El cine no deja de ser un reflejo de su tiempo. Lo ha sido siempre.
Da la sensación de que hay bastante cine español y también que hay mucho que se ha quedado fuera, ¿cuesta encontrar el equilibrio?
Sí. Hay algunos festivales que quieren tenerlo todo, pero nosotros no. Yo intento hacer un festival mostrando lo mejor posible en San Sebastián, pero jamás hago un festival en contra de otro festival. Por eso intentamos dejar libre todo aquello que no va a poder tener un buen sitio en San Sebastián. A veces nos equivocaremos. Este ha sido un año increíble, lo hemos visto en Málaga, en Cannes, en Locarno… nosotros tenemos un plantel de películas que está, incluso, hasta forzado un poco más de la cuenta. Es decir, no nos pasamos, pero estamos en el límite. Pero es que fíjate la selección de cine español en Valladolid. Fíjate lo que hay en Sitges. Es que yo creo que tenemos el mejor momento del cine español. Yo tengo 62 años, desde los 28 trabajo con cine y yo creo que nunca he conocido unos años en general tan buenos del cine español.
Está en sección oficial Tardes de soledad, la película de Albert Serra. ¿Cree que va a ser la película polémica de este año? Un documental sobre tauromaquia justo en el año en el que se ha quitado el Premio Nacional de Tauromaquia.
A mí las polémicas que me duelen son cuando se habla de las víctimas de terrorismo, porque ahí sí que me hace daño pensar que ellas puedan sufrir por algo que hagamos. La tauromaquia… pues hay gente a favor y gente en contra. Yo tengo mi opinión. No me voy a definir ahora porque creo que sería una falta de respeto a la película. Cuando acabe el festival no tengo ningún problema en decirlo. Yo no he estado nunca en los toros. Solo una vez que me llevó mi padre al bombero torero. Es decir, que no es mi mundo. Pero yo he visto la película y me parece interesantísima porque es una aproximación artística al mundo de los toros.
A mí las polémicas que me duelen son cuando se habla de las víctimas de terrorismo, porque me hace daño pensar que puedan sufrir por algo que hagamos
No es una película para decir si apoya a los toros o si va en contra. Es un fenómeno cultural donde hay una violencia contra los toros brutal. Eso es así y nadie lo puede negar. Creo que no lo niegan ni los propios taurinos. Hay, cada vez más, un movimiento fuerte en la sociedad que cree que eso es maltrato animal y que no se debe permitir. Y al mismo tiempo hay gente que ve en el toreo una serie de cosas artísticas. Bueno, lo que ha hecho Albert Serra es acercarse a ese mundo con una mirada de artista, con una mirada de cineasta.
La gente me pregunta, es a favor o en contra de los toros, y yo les digo que y yo qué sé. Por un lado, obviamente está presente la violencia contra los toros, con lo que según cómo seas, te parecerá una barbaridad. Pero luego hay también, en ese mundo del toreo, unos rituales que tienen cierta belleza. No creo que Albert Serra se haya planteado esta película como una peli pro o en contra de los toros. Él tendrá su opinión. Esta película, si hubiera llegado, probablemente estaría en Cannes. Es uno de los cineastas más solicitados del mundo en este momento y para nosotros es una película interesantísima, muy especial y artísticamente de una precisión como la que tiene Serra en sus mejores momentos.
Hace tres años la polémica estuvo en torno al Premio Donostia a Johnny Depp. Vuelve con su nueva película como director. ¿Es una reafirmación en aquella decisión que fue tan comentada?
No reafirmamos nada. Simplemente que Johnny Depp es un señor que nunca ha sido acusado, por tanto no ha sido juzgado ni condenado en sede judicial por ningún tema de maltrato. Perdió un juicio por difamación y luego lo ganó. Él lo perdió contra el periódico y luego se lo ganó a Amber Heard. Es muy curioso porque había gente decía que es un maltratador por el juicio contra el diario The Sun. Por cierto, he tenido los 166 folios de esa sentencia en mi ordenador y en ningún momento se dice que sea un maltratador, aunque se habla de posibles maltratos. Pero ojo, que luego ha sido al revés, cuando ha ganado el juicio en EEUU he recibido mails de gente diciéndome que tenía razón. Oiga, es que yo no tengo ni idea porque es que tampoco se ha juzgado eso. Yo lo he dicho muchas veces. Odio los linchamientos. Yo no soy policía para investigar nada. Y menos juez para juzgar mientras no haya una sentencia judicial. Yo no tengo nada que decir.
El actor estadounidense Johnny Depp recibe el Premio Donostia en la 69 edición del Festival de Cine de San SebastiánEs que mira lo que pasó con Ulrich Seidel en 2022 [el periódico Der Spiegel le acusó en un reportaje de explotar a los actores infantiles de su película Sparta al violar las normas laborales de Rumanía]. Dos investigaciones han dictaminado que no hubo nada, que hay pruebas de que todo de lo que le acusaron era mentira. Y dos festivales quitaron su película de la programación. Yo eso nunca lo voy a hacer con nadie. Yo para plantearme qué hacer con una película por un tema como estos necesito una orden judicial. Hasta entonces no tengo nada que plantearme. Ahora en las redes se hace una acusación y todo el mundo la da por buena, y eso es de locos. No puede ser.
Desde los sectores más progresistas de la sociedad, los que hemos defendido el feminismo y hemos defendido los derechos de las mujeres, se ha defendido al mismo tiempo la presunción de inocencia. Es importante mantenerlo porque frente a la presunción de inocencia solo queda el linchamiento. Y aunque la justicia todos sabemos los problemas que tiene, cuando no hay una justicia, por mala que sea, siempre triunfa el más fuerte. Si hay una justicia que hace aguas, que defiende al más fuerte, luchemos para cambiarla.
Me imagino que el Premio Donostia a Almodóvar es la guinda del pastel, ¿era una espina clavada suya como director del festival?
Una espina clavada no, pero obviamente ya se lo habíamos ofrecido antes y no había cuadrado por agendas. De hecho, hacía ya un tiempo que nosotros habíamos hablado con su equipo y le habíamos dicho que Pedro tendría el Premio Donostia cuando él quisiera. ¿Cómo no lo va a tener? Si hay alguien en España que tenía que tener el premio Donostia era Pedro Almodóvar.
A veces tenemos cierto complejo y parece que lo nuestro no es tan importante. Pedro Almodóvar es imagen de España a un nivel que ni la campaña de publicidad más cara podría igualar
A veces no somos conscientes de lo que tenemos. Es que cuando vas a Cannes, Pedro Almodóvar entra en la sala y ves lo que mueve. Creo que no somos conscientes de esto. Mira, yo lo he descubierto con los años, con Javier Bardem, con Penélope Cruz, con Pedro Almodóvar… creo que nos hemos acostumbrado a que son como nuestros. De andar por casa. Es como si los viéramos en zapatillas, pero realmente son grandes ídolos del mundo. A veces, como son nuestros, tenemos cierto complejo y parece que lo nuestro no es tan importante como realmente lo es. Pedro Almodóvar es imagen de España a un nivel que ni la campaña de publicidad más cara podría igualar.
El año pasado fue contundente contra la posible llegada de la extrema derecha y la importancia del festival de posicionarse, ¿ha pasado ese miedo?
Yo tengo 62 años. Tenía 15 años cuando murió Franco. Viví los últimos coletazos del franquismo, antes y después de su muerte, porque todavía en los 80 había torturas. En Euskadi había asesinatos políticos por parte de la extrema derecha y, por supuesto, ETA mataba sin parar, con muchísima crueldad. Los que de alguna forma conocimos el fascismo, aunque fuera de refilón, porque obviamente no lo sufrimos en sus peores momentos, debemos hacer todo lo que se pueda para pararlo, no sea que un día nos arrepintamos. Yo lo he dicho muchas veces, el festival de cine nunca se va a definir a nivel de partido político. En San Sebastián son bienvenidos todos los partidos democráticos menos aquellos que son homófobos, racistas, machistas, que reivindican a un traidor a su país que se llamaba Francisco Franco, que fue un asesino. Es que no deberían ser legales. Eso lo dije y lo sigo manteniendo. No podemos permitir que Vox avance un palmo. Ni Vox, ni LePen, ni Meloni ni todos aquellos que defienden conductas antidemocráticas.