El adiós definitivo de la intérprete tendrá lugar este domingo 6 de octubre en Budapest, en el recital con el que se le “hará un homenaje” por parte de la orquesta y el público. “En esta ocasión no cantará, recibirá el cariño y el aplauso”, ha avanzado. A partir de ahí, seguirá “ensayando y grabando desde su casa” o participando en encuentros con los que sus seguidores “la quieran agasajar solo en la medida en que su salud y disposición lo indiquen”.
Omara Portuondo cumplirá este mes 94 años. “Privarla de la posibilidad de cantar, siempre que tenga ánimos, condiciones vocales y fuerza, sería condenarla a la tristeza”, ha explicado su hijo.
El concierto que la cantante cubana tuvo que abandonar en Barcelona forma parte del ciclo de cuatro recitales en los que está recordando a Buena Vista Social Club y otras grandes figuras. A la ciudad condal llegó tras haber viajado por Colombia y Gran Canaria. La Orquesta Faile siguió tocando pese a la salida de la artista, cuya “profesionalidad y calidad” ha sido alabada igualmente por su hijo. “Lamentamos sinceramente las molestias que esto pudo ocasionar”, añadió.
“Abuso y explotación hacia una persona anciana”La cantante Mayte Martín fue una de las personas que asistió este miércoles a la actuación de Omara Portuondo, y tachó lo sucedido, a través de su cuenta de Instagram, de “situación de abuso y explotación hacia una persona anciana completamente desorientada que no estaba en condiciones de salir a un escenario ni consciente de donde estaba”. “Es una Diosa que ha regalado a la música momentos gloriosos, y se le debe un respeto al que anoche se faltó gravemente”, criticó.
La también compositora expresó que se faltó “a la ética y dignidad de una persona enferma y vulnerable” y que se expuso “a un ser humano de 93 años a una situación denigrante”. Según indicó, el recital estaba “perfectamente preparado para distraer al público y hacerles mirar en sentido contrario al escenario”, donde hubo una performance de “un miembro de la orquesta cantando maní y repartiendo cucuruchos a la gente”.
Gesto que Mayte Martín describió como un “despiste ideal para sacar en volandas y en oscuro” a Omara “sin que se diera cuenta y sentarla en un sillón en el que quedó inmóvil y sin control de su cuerpo que ni podía mantener erguido en el asiento”. La cantante afirmó que, previamente, la artista cubana “no dejó de temblar”: “Hacía un gesto de negación cada vez que un miembro de la orquesta le ponía el micro en la boca para que siguiera cantando”.
La reacción de Mayte Martín fue levantase de su asiento y gritar “¡abusadores!” al equipo, desde donde le respondieron que Omara quería “morirse en un escenario”. “Por supuesto que quiere eso, como todos los que vivimos para cantar. Pero consciente de lo que está y de lo que está haciendo. No enferma y manipulada como una muñeca, sino con el respeto de los que la rodean y con dignidad”, reivindicó, “el mismo que merece cualquier persona vulnerable de este mundo a quienes es nuestra obligación proteger”.