El Ministerio de Cultura sometió a consulta pública el pasado noviembre un proyecto que busca permitir que las empresas de inteligencia artificial puedan usar obras protegidas por derechos de autor (como libros, canciones, películas, etc.) sin tener que pedir permiso directamente a cada creador. En lugar de eso, proponen un sistema llamado “licencias colectivas ampliadas”, que facilitaría este uso de manera generalizada con la condición de que las empresas paguen una compensación económica. Diversos colectivos de artistas rechazan frontalmente este proyecto de real decreto ley.
El objetivo principal del Ministerio es fomentar el desarrollo de la inteligencia artificial en España y facilitar a las empresas tecnológicas el acceso a grandes cantidades de datos para entrenar sus sistemas. Sin embargo, los artistas rechazan que sus obras sean utilizadas sin su consentimiento directo y temen no recibir una compensación justa, entre otras cuestiones. Por otro lado, más de treinta entidades que realizan la gestión colectiva de derechos de autor, tanto en España como a nivel internacional, defiende este proyecto como un “hito”.
Este consenso se ha roto con la voz unida de organizaciones de creadores audiovisuales, traductores, bailarines, directores de escena, ilustradores o correctores en un comunicado conjunto bajo el lema 'Así, no'. “El real decreto que pretende aprobar el Gobierno presenta muchos problemas que pueden tener un impacto muy negativo en el sector”, indica Eva Moraga, abogada portavoz de las organizaciones firmantes de uno de los manifiestos en contra de la propuesta (Alianza Audiovisual, ACE Traductores, ADE, FADIP, FACED y Unión de Correctores). El colectivo de profesionales creativos y artistas visuales independientes Arte es Ética, creador para lograr una regulación ética de la IA generativa en Latinoamérica y España, también se ha posicionado en contra de la ley.
“Casi el 100% de los modelos de IA que está utilizando la sociedad han sido entrenados y desarrollados con obras artísticas y literarias obtenidas de internet sin autorización, ni cesión de derechos ni licencias”, explica Moraga a elDiario.es. “Se ha incumplido la Ley de Propiedad Intelectual y pedimos la retirada de estas IA ilegales, además de una indemnización económica por haber utilizado las obras sin haber remunerado a sus autores y titulares de derechos legítimos”, añade. Además, valora que “el hecho de que existan licencias no es una una garantía suficiente para que el valor económico de las obras no se vaya a ver perjudicado”, ni garantiza que “muchos de los trabajos del sector artístico y cultural no se vean afectados negativamente”.
Se ha incumplido la Ley de Propiedad Intelectual y pedimos la retirada de estas IA ilegales, además de una indemnización económica por haber utilizado las obras sin haber remunerado a sus autores y titulares de derechos legítimo
Las organizaciones firmantes en contra de la propuesta ya han comunicado al Gobierno su postura. Moraga se reafirma en que “no se pueden regular unas licencias si no se retiran los modelos anteriores, además de indemnizar económicamente a aquellos que han sido perjudicados”. Por ello, constata que, de aprobarse las “licencias colectivas ampliadas” estarían ayudando a “blanquear” la “actividad anterior de estas empresas de inteligencia artificial”. El Ministerio de Cultura no ha contestado a la petición de elDiario.es de ampliar su punto de vista ante las demandas de los artistas.
Remuneración para autores y editoresNo obstante, las entidades de gestión colectiva de derechos AIE, AISGE, DAMA, SEDA, SGAE y VEGAP, así como una treintena de asociaciones del sector cultural y varias organizaciones internacionales, valoran este proyecto positivamente, considerándolo “un paso clave para la protección de los derechos de los creadores en la era digital”. “El real decreto da una solución que permite que todas las partes implicadas en el entrenamiento de modelos de IA se vean beneficiadas”, declara a este periódico Cristina Perpiñá-Robert, directora general de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
Los creadores, a diferencia de lo que ha ocurrido hasta ahora en buena parte de los casos, van a poder recibir una remuneración justa por la explotación de sus obras y prestaciones y los proveedores de modelos de IA van a obtener acceso a repertorios amplios, de calidad y culturalmente diversos en un escenario de seguridad jurídica
“Los creadores, a diferencia de lo que ha ocurrido hasta ahora en buena parte de los casos, van a poder recibir una remuneración justa por la explotación de sus obras y prestaciones”, dice Perpiñá-Robert. “Los proveedores de modelos de IA, a su vez, van a obtener acceso a repertorios amplios, de calidad y culturalmente diversos, con la ventaja añadida de actuar en un escenario de seguridad jurídica”, añade.
Aunque comprenden que “el carácter pionero del proyecto, unido a la amenaza que supone la IA para la propiedad intelectual, pueda llevar a algunas organizaciones a mostrar cierta preocupación por las iniciativas normativas que se adopten en este ámbito”, desde la SGAE consideran que “el real decreto va a contribuir decididamente a que el desarrollo de modelos de IA se haga de manera ética y responsable”, permitiendo “a los autores y editores participar de los beneficios económicos de esos modelos”.
Aplicaciones de ChatGPT en un teléfonoAlgunos creadores audiovisuales afiliados a DAMA se han quejado en redes sociales de una falta de consulta antes de fijar una posición de la sociedad que gestiona sus derechos colectivamente.
La abogada Eva Moraga advierte que en las organizaciones profesionales están defendiendo “a muchos autores y artistas que no pertenecen a las entidades de gestión a las que el real decreto da todo el poder para armar las licencias, determinar las cuantías a cobrar y fijar las normas de reparto, sin que aquellos, que no son miembros, puedan intervenir en todo ese proceso a pesar de que se vayan a utilizar sus obras cuando se otorguen las licencias”.
Conflicto de derechosLa compañía OpenAI, desarrolladora de ChatGPT, recibió hace unos días su primer revés en Europa, siendo multada por Italia con 15 millones de euros por vulnerar datos personales. Supuso su primera sanción económica en la Unión Europea. “No entendemos por qué se actúa frente a la violación de los derechos de protección de datos y la privacidad de las personas, pero no frente a la violación de los derechos de autor y de propiedad intelectual”, apunta la abogada Eva Moraga.
Si se aprueba esta medida, evidentemente es un regalo a las grandes empresas tecnológicas del sector y una puñalada a las trabajadoras
Exigiendo al ministro Ernest Urtasun que detenga un proyecto que “expropia los derechos de autor de todo el país” y rompe el contrato social actual, la Confederación General del Trabajo de Cataluña (CGT Catalunya) se han pronunciado en contra del proyecto. “Pretenden legalizar lo que es un robo”, opina su portavoz Héctor Martínez a elDiario.es. “Si se aprueba esta medida, evidentemente es un regalo a las grandes empresas tecnológicas del sector y una puñalada a las trabajadoras”, señala Martínez. “Si buscan ser pioneros, que digan no a las empresas que desean utilizar los datos o el trabajo de alguien sin pedir permiso. Eso sí sería innovador”, recalcan desde CGT.
El avance acelerado de la IALa inteligencia artificial está avanzando a pasos agigantados y no hay ámbito que quede al margen de su influencia. Desde la creación de imágenes hiperrealistas hasta la producción musical, los modelos de IA están redefiniendo las fronteras de lo que consideramos humano y creativo. Este impacto ha llegado al corazón de la cultura, dando lugar a complejos debates sobre la propiedad, los derechos y el futuro del arte en la era digital.
Un ejemplo de este fenómeno fue el caso reciente de Las Nenas, un grupo ficticio cuyas canciones, generadas por inteligencia artificial, hicieron creer a sus oyentes que detrás de los temas había artistas reales. Algo así no habría podido lograrse sin modelos IA capaces de replicar y aprender a costa de trabajos artísticos hechos por humanos, lo que pone de manifiesto las posibilidades de estas nuevas tecnologías y los dilemas que traen consigo en el ámbito cultural, donde la autenticidad y los derechos de autor están siendo desafiados como nunca antes.
La jurista Moraga advierte de que este conflicto no afecta solo a los creadores sino “a toda la sociedad”. Además, sugiere que el debate debería ser más “profundo” y abarcar “las implicaciones que tiene la inteligencia artificial, hacia dónde vamos y cuál es el papel que le va a quedar al ser humano a medida que vaya evolucionando y avanzando”.