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Las mujeres que revolucionan la música popular mexicana: “La tenemos bien cabrona, trabajamos el doble y aun así se nos cuestiona”

Como cabezas de cartel, Los Tigres del Norte, Xabi, Codiciado, Gerardo Ortiz, Panter Bélico y Junior H. Esta segunda edición del festival tuvo un punto en común con la primera, celebrada en 2023: muy pocas voces femeninas en el line up, ninguna como cabeza de cartel.

Entre ellas, Delilah Rose Cabrera, una promesa del corrido tumbado con solo 16 años: nacida en EEUU pero con raíces mexicanas, creció en un pequeño pueblo de Washington y comenzó su carrera en TikTok. En el ARRE, cientos de personas conocían la letra de la balada Amor Perdido, que la artista lanzó este año tras ser la primera mujer en firmar con CT, el sello discográfico de Natanael Cano. “Lo va a cambiar todo”, asegura a elDiario.es Elizabeth Medina, de 20 años, tras desplazarse durante más de dos horas en transporte público desde la periferia de la Ciudad de México para asistir al festival. “Me encantan los tumbados, pero es verdad que Delilah es casi la única morra (chica) que sigo, no sé de otras mujeres”, añade. 

Los corridos tumbados, fusión entre tradición y música urbana, han situado a México en la mira internacional con estrellas como Peso Pluma, Natanael Cano, Xabi o Junior H. En 2023, Peso Pluma puso a bailar a 15.000 personas en el Wizink Center de Madrid, meses después de que su canción  Ella baila sola rompiera récords en las listas de éxitos. Los ‘tumbados’ forman parte del regional mexicano, un amplio paraguas que acoge distintos subgéneros y artistas que viven a caballo entre México y EEUU; lo mismo que sus oyentes, repartidos principalmente entre México y la diáspora al norte de la frontera, pero cada vez más presentes en España y otros países de Latinoamérica.

Con excepciones como la mítica Jenni Rivera, fallecida en un accidente aéreo en 2012, los referentes del regional mexicano son generalmente masculinos. Pero algo está cambiando en la escena: lo evidencian artistas como Delilah, Yvonne Galaz, Conexión Divina, Michelle Bi, Camila Fernández o Vivir Quintana, pero también las productoras, las compositoras y las managers que detrás de los focos abren camino para que las mujeres sean parte de algo que es mucho más que música, acaso el termómetro social de un país entero. 

Trabajar el doble entre camaradería masculina

“A pesar del avance significativo y reciente, nos quedan muchos retos”, opina desde un aeropuerto estadounidense Erika Vidrio, actualmente la compositora más grabada de regional mexicano y nominada a varios Latin Grammy. “Las mujeres la tenemos bien cabrona, trabajamos el doble y aún así se nos cuestiona”. Vidrio fundó en 2021 Las compositoras, una comunidad para afianzar redes y dar a conocer a más creadoras de música popular. “A mí hace unos años aún me decían compositor, en masculino, el porcentaje de compositoras en el regional mexicano es menos de 10%, eso representamos y me estoy poniendo muy positiva”.

Hay una camaradería que envuelve el regional mexicano, y especialmente el corrido tumbado: sus artistas colaboran de forma constante, se citan entre ellos, abren en conjunto sus propias discográficas, componen las canciones que cantan otros —un gran ejemplo es el sinaloense Tito Laija, conocido como Tito Double P y creador de algunos de los grandes temas de Peso Pluma como “PRC”, “AMG” o “Siempre Pendientes”—. Esa camaradería es, en su esencia, masculina. Entre tanto bro, carnal, compa, es legítimo preguntarse dónde quedan ellas. “El compadrismo ha hecho que el género crezca muchísimo y que sea independiente de las grandes disqueras, pero también lo ha encerrado en sí mismo y ha marginado a las mujeres”, asevera a elDiario.es Andrea Fernández, quien durante sus años trabajando en Warner Music México impulsó Gorgona Records, un sello para dar más visibilidad a las mujeres de la industria. 

Lore Cabral, la primera mujer mexicana en lograr tres nominaciones como ingeniera de sonido y productora en los Latin Grammy, dice que “aún no estamos cerca de tener un género equitativo, es un género muy cerrado y para productores musicales muchísimo más”. Explica por teléfono a elDiario.es que aún no conoce a otras mujeres que produzcan regional mexicano, un problema que a menudo está relacionado con “la credibilidad”. “Muchas veces, a mí y a mi equipo no nos van a dejar hacer una producción porque no tengo la misma credibilidad por ser mujer, pero sí un hombre que apenas está empezando”, lamenta. Ella ha optado por abrir su propia discográfica y admite que “muchas veces te toca ser más fría, más dura, para tener el respeto que tendría cualquier hombre”. 

Un futuro que pasa por la fusión de géneros

Las acusaciones más generalizadas contra los corridos tumbados y, en general, contra la música popular mexicana, tienen que ver con el machismo y la exaltación de la violencia y la narcocultura de las letras. Recientemente, el lanzamiento de la canción Tu boda de Óscar Maydon y Fuerza Regida estuvo rodeado de polémica en redes sociales por hacer apología de la violencia de género con estrofas como “me iré al infierno, pero me tengo que vengar (...) Quiero manchar el vestido blanco de rojo. Sé que el altar de Dios es santo, pero, mi amor, cien invitados y todos tendrán que mirar que nuestro amor va al más allá”.

Incluso la presidenta Claudia Sheinbaun ha tomado partido sobre este género musical, tras anunciar que en 2025 lanzará un concurso donde se promuevan corridos con “otro tipo de valores”, pues “no solamente es apología a la violencia contra las mujeres, sino en general a la violencia y a exaltar formas de vida vinculadas con la delincuencia y con cárteles como si fuera una opción de vida, cuando en realidad es una opción de muerte”, aseguraba la mandataria en una conferencia de prensa a finales de noviembre.

Para Erika Vidrio, “la música popular es el reflejo de realidades sociales, esto no significa que todos los artistas compartan la misma visión, que todos los compositores tengan la misma forma de escribir, y más dentro de todos los subgéneros del regional mexicano. Aunque las imágenes de violencia y machismo en los corridos tumbados ”son evidentes“, Vidrio cree en la necesidad ”de no cancelarlos“. ”Yo no escribiría un corrido que hable de drogas, de armas o de violentar a una mujer, tengo muy claro mis valores en ese sentido pero no cancelo a nadie, trato de entender que detrás de esa expresión hay una realidad social, una historia de vida“, apunta. ”Si las mujeres somos más participativas en este género, tal vez podemos aportar otro tipo de ángulo en lo relativo a las letras“.

El corrido es machista, solo hay que ver el line up de festivales como el ARRE, entrar al chart de Spotify…no son opiniones, son hechos

Andrea Fernández — Creadora del sello musical Gorgona Records

Andrea Fernández sostiene que “el corrido es machista, solo hay que ver el line up de festivales como el ARRE, entrar al chart de Spotify…no son opiniones, son hechos”. Eso no implica que deba ser automáticamente denostado, cuando el machismo está presente en multitud de estilos musicales, no solo en la música popular mexicana. “A mí, lo que me apasiona del tumbado es que es una mezcla de géneros y culturas, viene del norte del país donde hay mucha gente que no es ni gringa (estadounidense) ni mexa, y que tienen influencias de escuchar música regional y hip-hop”, manifiesta. “Creo que es muy bello que gente que tradicionalmente se ha sentido marginada se sienta escuchada y diga: esto me habla a mí”.

“Para mí, el futuro está en la fusión de géneros, artistas emergentes como Delilah están haciendo una fusión con pop porque es más amigable para ellas”, prosigue Fernández, que acaba de abrir su propia agencia de management y subraya la importancia de que siempre existan nombres femeninos involucrados en las diferentes partes del proceso musical: “Si en el ambiente del corrido tumbado casi no hay casi artistas femeninas, tampoco ingenieras de sonido, productoras o managers”.

Desde Los Ángeles, la productora María Vertiz coincide en denominar al regional mexicano como “un universo masculino”. Un ecosistema que, al igual que el hip-hop o el reggaetón, se está desprendiendo de su carga sociopolítica —en este caso asociada a la violencia y al narcotráfico—  mientras “se popifica para llegar a las masas”. Para los puristas del género puede no ser algo positivo, pero para Vertiz, ha grabado recientemente con una promesa del regional como Delilah, “implica que se democratice y que encontremos más diversidad”. Algunos de los nuevos referentes del regional mexicano ya evidencian la posibilidad de una escena más diversa; por ejemplo, la cantautora Vivir Quintana, con sus letras contra la violencia machista y un equipo compuesto solamente por mujeres, o el cantante trans Michelle Maciel, que fusiona los corridos con electrónica y reggaetón.

El día antes de ser entrevistada, Erika Vidrio fue a un concierto de Iván Cornejo con su hija. Al artista principal lo precedía Delilah, y Vidrio cuenta que se sintió esperanzada. Un sentir compartido con muchas de sus compañeras de la industria porque, como dice Vertiz, “el regional mexicano nos está poniendo en el mapa de una manera muy linda”. “Esta nueva generación de mujeres que está en los escenarios va a alzar la bandera en alto; creo que es cuestión de tiempo pero viene una mayor oportunidad en géneros como los corridos tumbados mientras las disqueras busquen voces femeninas y los artistas jóvenes abran espacios a sus colegas mujeres”, concluye Vidrio.

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