Estafadoras de Wall Street parecía su oportunidad de reivindicarse. De recordar al mundo que más allá de la diva del pop, de la estrella mundial que acapara flashes en la alfombra roja y portadas de revistas de sociedad, había una actriz. Aquella que cuando empezó dejó a todos con la boca abierta y logró la nominación al Globo de Oro como Mejor actriz en comedia o musical en 1998 gracias a Selena.

Había algo de la película de Gregory Nava en aquel filme, y hay algo también en varios de los proyectos que ha elegido posteriormente, que se balancean entre las apuestas claras para reventar el algoritmo de las plataformas (La madre o Atlas, ambas en Netflix) y aquellas que suponen retos más interesantes y que incluso, en un año de suerte, pueden colocarla en la senda de los premios

En ese encaje de bolillos coinciden en el tiempo dos de sus propuestas más personales. Por un lado, presentará en el Festival de Sundance el remake de El beso de la mujer araña que ha producido y protagoniza. Una nueva versión ―William Hurt y Raul Julia protagonizaron la anterior en 1985, dirigida por Héctor Babenco― de la novela de Manuel Puig que ha escrito y dirigido Bill Condon. Por el otro llega Unstoppable, drama deportivo que estrena Prime Video este 16 de enero y por el que López llegó a sonar en algunas quinielas de los Oscar.

Jennifer López en 'Unstoppable'

Unstoppable tiene todo lo que le gusta a Hollywood. Una historia real de superación, la de Anthony Robles, que con una sola pierna pero que terminó convirtiéndose contra todo pronóstico en campeón de la división futbolística NCAA. Una historia que a la vez es elogio del sueño americano y denuncia de las grandes desigualdades a las que se enfrenta una familia latina, que tiene que pelear el triple por llegar al mismo lugar que una blanca. Jennifer López interpreta a la madre coraje del protagonista, al que da vida Jharrel Jerome, la revelación de la miniserie Así nos ven.

Ambos atienden juntos una de esas jornadas maratonianas de promoción para hablar del filme que ha dirigido William Goldenberg ―habitual montador de los filmes de Ben Affleck como Air o Argo― y que a pesar de no contar ya en las apuestas de los premios de la Academia, puede convertirse en un pequeño fenómeno en la plataforma gracias a sus buenas intenciones y una de esas historias ‘bigger than Life’ que tanto emocionan (sobre todo en EEUU). 

Ninguno de los dos conocía la historia de Anthony Robles. Jerome reconoce que ni siquiera tenía ni idea esa de lucha. “Gracias a esta historia he aprendido sobre ética de trabajo, aprendí a impulsarme y a poder superar los estados mentales más bajos en los que puedas estar”, cuenta el actor. Para Jennifer López este papel fue “muy divertido”, pero sintió que había una conexión entre ella y el personaje real que interpreta. “Sentí que la conocía y la entendía. En el momento en que empezamos a hablar, creo que conectamos en el hecho de que ella era madre y yo era madre. En lo que significa tener un hijo y querer lo mejor para ellos y ayudarlos con sus luchas. Fue algo con lo que conectamos de inmediato”, dice del inicio del proyecto.

Goldenberg juega a la equidistancia con la película, que, por un lado, es elogio del sueño americano, pero, por otro lado, muestra sus grietas, la desigualdad estructural que la conforma y que hace que una familia latina no tenga derecho ni a soñar con una vida mejor. Para Jennifer López el filme no muestra “el otro lado del sueño americano, sino que en realidad el sueño americano es así”. “La gente siempre ha venido a EEUU en busca de una vida mejor, pero sí que es cierto que hay personas a las que les cuesta más que otras, eso es 100% cierto, personas que son menos privilegiadas. Pero para mí, la fuerza de esta historia es que esta familia empieza con un tipo de dificultades económicas, por el hecho de dónde vienen, y eso hace que todo sea más inspirador al final”, opina.

Para su compañero, Unstoppable es más una visión que ofrece las dos caras de la moneda, “los dos lados del sueño americano” y esa considera que “es la belleza de esta película, porque podría hablarle a todo el mundo”. “No solo se dirige a las clases más humildes, o no solo se dirige a los latinos, no solo se dirige a las personas que son luchadoras, puede dirigirse a cualquiera que sienta que el peso del mundo está sobre ellos y esté tratando de superarlo”.

Por eso Jennifer López cree que el título, Unstoppable (imparable) actúa como metáfora sencilla de lo que habla finalmente la película, “esa idea de ser imparable, no importa contra lo que estés luchando”. “Es una gran metáfora, porque todos estamos luchando contra algo. Todos tenemos nuestros obstáculos que superar y nuestras dificultades, pero si trabajas duro, crees en ti mismo y tienes gente a tu alrededor que te ama y te apoya, puedes superar cualquier cosa. Creo que esta película es una película muy conmovedora en ese sentido. Por difícil que sea de ver en algunos momentos, cualquier cosa se puede lograr si trabajas y crees en ti mismo”. Una defensa de la meritocracia made in EEUU que López defiende con uñas y dientes aunque la sociedad, cada vez más desigual, a pesar del esfuerzo, se empeñe en llevarle la contraria.