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Jodie Foster da una lección de madurez en Cannes: “Cuanto más vieja me hago, más despreocupada quiero estar”

Su rostro era inolvidable. Había algo mágico y distinto en ella. Todos se dieron cuenta, incluida la Academia de Hollywood, que menos de dos años después la nominaba al Oscar por ese papel. 

Desde entonces Foster encadenó una carrera cuya cima llegó a finales de los 80 y comienzos de los 90, con dos papeles como Acusados y El silencio de los corderos por los que ganó el Oscar. Su interpretación de Clarice Starling y su duelo con Anthony Hopkins se quedaban grabados en la retina del espectador. Había en ella algo que la hacía diferente, un carácter, una serenidad diferente. Lo demostró cuando en 2007 declaró públicamente que era lesbiana, cuando todavía las actrices no se atrevían a hacerlo.

En 2013 dio otro paso completamente inesperado, tomarse un descanso. No fue el típico parón temporal, sino que dijo que no podía más, que su cuerpo le pedía parar. Lo hizo durante cinco años. Tampoco regresó aceptando todo lo que le propusieran, sino seleccionando poco a poco, hasta llegar a su regreso audiovisual vivido el año pasado con la última temporada de True Detective, por la que ganó el Emmy y el Globo de Oro. 

Jodie Foster en una imagen de 'Vida privada' Jodie Foster en una imagen de 'Vida privada'

Lo culmina ahora en el Festival de Cannes, donde ha dado una lección de clase, de madurez, de inteligencia y de interpretación en Vida privada, donde la cineasta francesa Rebecca Zlotowski le regala un bombón de personaje, una psicóloga a la que le vendría bien sentarse en su diván y que a través de un misterio, el de una paciente que se muere y con la que se había obsesionado, exorciza sus demonios como si fuera una detective amateur. Una película ligera, que se disfruta por su inteligencia, su capacidad para no tomarse en serio y por una Jodie Foster que a sus 62 años realiza su primera interpretación protagonista en francés (aunque ya hizo un pequeño papel en Largo domingo de noviazgo).

Lo reafirmó en su rueda de prensa, donde habló, precisamente, de cómo el paso del tiempo más que una losa ha sido una forma de adquirir la confianza para saber lo que quiere. “Cuanto más vieja me hago, más despreocupada quiero estar. Ahora me gusta estar en películas que hablen de otras personas. Cuando era más joven, solo quería estar en películas que hablaran de mí. Pero ahora las cosas realmente han cambiado. Es muy divertido escuchar nuevas voces y apoyar las actuaciones de otras personas. Es maravilloso ser la anciana que dice: '¡No te preocupes, no hay nada serio en esto!’”, dijo levantando el aplauso de los periodistas en Cannes.

La actriz, que estudió en un liceo francés, confesó que le habían ofrecido en bastantes ocasiones en películas francesas, pero que siempre le había “asustado demasiado” interpretar en otro idioma que no fuera el inglés aunque llevara “tiempo queriendo hacerlo”. “Había tenido papeles secundarios en películas francesas antes, pero es verdad que tenía miedo”, declaró Foster en la rueda de prensa. “Me daba demasiado miedo actuar en francés. Pensé que alguien con más conocimientos de francés debería hacerlo”, añadió.

Cuando era más joven, sólo quería estar en películas que hablaran de mí. Pero ahora las cosas realmente han cambiado. Es muy divertido escuchar nuevas voces

Jodie Foster

Ahora, tras hacerlo, le ha encontrado ciertas ventajas, aunque parece que más inconvenientes. “Lo mejor es que cuando actúo en francés, soy una persona totalmente diferente. Tengo hasta una voz mucho más aguda, pero eso sí, tengo mucha menos confianza y me frustro mucho porque no puedo expresarme tan bien. Y eso crea un nuevo tipo de personaje para mí”, valoró.

Quien la ha convencido para el reto es Rebecca Zlotowski, que lo logró simplemente mandándole el guion. Foster lo leyó, le encantó y como buena alumna se puso a ver las anteriores películas de la directora antes de decir que sí. Para Zlotowski, trabajar con la estadounidense ha sido cumplir un sueño, y en la rueda de prensa desveló que en sus anteriores películas siempre pensaba en ella para interpretar el papel principal. “Desde que soy estudiante fantaseaba con Jodie Foster en mis películas y ahora finalmente ha sido nuestro momento, este era el filme para ella, he construido todo el andamiaje del filme a su alrededor”, apuntó la autora de otras películas como Una chica fácil y Los hijos de otros.

Al lado de Foster en Vida privada están popes del cine francés como Daniel Auteuil o Mathieu Amalric. Dos actores que, como ella, también han probado suerte como cineastas, algo que Zlotowski cree que es muy positivo para el filme. “Cuando somos realizadores tienes que sentir en tu cuerpo lo que es ser actor, y por eso creo que los actores hacen mejores películas”, afirmó logrando el asentimiento de Foster. “Me gusta trabajar con actores que son realizadores. Los actores tienen tendencia a pensar en el momento, en el presente, los directores tienen un marco más global. Tener actores que son realizadores ayuda enormemente”, añadió ella que, de momento, no tiene ningún papel en la recámara a pesar de su regreso arrollador estos dos últimos años.

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