Y en ese tránsito apenas nadie ha podido levantar la voz para contradecir a este heraldo de la emotividad desbordada.

En su nuevo lanzamiento, Vernon vuelve a rodearse de una banda de extraordinarios músicos a la que técnicamente hablando resulta complicado sacar un "pero". Ya lo demostraron este mismo verano a su paso por un par de festivales en la Península Ibérica, en los que impactaron por su profesionalidad casi tanto como (me atrevería a decir) amodorraron al personal.

Con su cuarto álbum, Bon Iver de alguna forma viene a reinventarse a partir de elementos que estaban presentes en sus tres primeros discos: la emotividad de aquella primera entrega, el barroquismo de su homónima continuación o los experimentos con el vocoder que marcaron 22, a Million. Todo eso y aún más tiene protagonismo en un trabajo en el que los fans de Bon Iver volverán a reencontrarse tras los riesgos excesivos asumidos en la anterior entrega.

Para eso, además de contar con una banda de lujo, Vernon recluta a una serie de nombres que representan pasado (Bruce Hornsby), presente (James Blake) y futuro (el productor habitual del rapero Young Thug, Wheezy) de la música, o al menos de aquella música esencial en la educación de Bon Iver. Todo tan majestuoso e incontestable como, para quien esto firma, carente de emoción. Como asistir a un ruidoso y deslumbrante espectáculo de fuegos de artificio.

 

A-WA

Bayti Fi RasiLa Sis / BMGWORLD MUSIC6

A día de hoy, su tema más popular sigue siendo una colaboración con los franceses Acid Arab. Pero con dos discos en su haber y varias giras (la última llegó a nuestro país hace un par de meses), A-WA se suman a tantos otros artistas, mujeres en su mayor parte, que alzan su voz desde territorios históricamente ninguneados por el pop occidental. Y lo hacen reivindicando una voz propia, que enfrente las maneras de la música urbana, el pop y la electrónica de club actual a la tradición musical de su propio país.

En el caso de A-WA esa tradición se sitúa a medio camino de Yemen e Israel. Estas tres jóvenes son de hecho descendientes del grupo de judíos que en 1949 llevaron a cabo la Operación Alfombra Mágica, con la que 50.000 personas de origen judío se desplazaron desde Yemen al recién creado Estado de Israel. No es sólo que A-WA reivindiquen musicalmente sus orígenes, sino que las propias letras del disco se convierten en una regresión histórica a propósito de las historias transmitidas por sus familias sobre aquel momento.

Más allá del interés indudable que tiene tanto el tema en cuestión como su tratamiento por parte del grupo, el disco se queda a medio gas en comparación con otras propuestas similares que casan la música étnica de Oriente Medio con la electrónica, como DAM o los mismos Acid Arab.

 

Denzel Curry

ZuuCaroline / Music As UsualRAP8

Atlanta, Los Angeles, Nueva York, Chicago,… Otras metrópolis norteamericanas reclaman para sí el título de capital mundial del rap antes que Miami. Sin embargo, la urbe de Florida del Sur que hace varias décadas ya Sonny Crockett y Ricardo Tubbs nos descubrieron como foco de gangsters y criminales de alto standing, cuenta con un sonido propio (el Miami Bass), un puñado de nombres míticos en el terreno de la música urbana y a uno de los MCs más dotados y prolíficos de la actualidad, Denzel Curry.

En su cuarto álbum, de nuevo levantado con la ayuda del dúo de productores australianos Finatik N Zac, Curry rinde tributo a su ciudad no sólo acercando el sonido del disco a esa tradición, sino describiendo de forma cruda el día a día en su vecindario de Carol City. Entre esas postales urbanas, homenajes explícitos a las enseñanzas de sus padres y un emocionado recuerdo al difunto XXXTentation transcurren los treinta minutos de un disco que es lo más certero que Curry ha firmado hasta la fecha. Esto es, uno de los discos de rap del 2019.

 

Kokoko!

FongolaTransgressive / [PIAS]ELECTRÓNICA / WORLD MUSIC7

El primer álbum del colectivo congoleño Kokoko! es un ejemplo inmejorable de cómo hacer de la necesidad virtud y de las ventajas indiscutibles que ofrece el trabajo colaborativo. El origen del grupo hay que ir a buscarlo a los primeros movimientos musicales de tres adolescentes nacidos en Kinshasa que, sin recursos económicos para comprar instrumentos, deciden utilizar todo tipo de materiales sacados de la basura para grabar sus canciones.

La suerte del embrión del proyecto cambia definitivamente al entrar en contacto con el productor francés Débruit, que aporta sus bases a esas primitivas grabaciones y les pone en contacto con el cantante Makara Bianko y su grupo de bailarines. El resultado de todo ello es un disco, este debut bautizado como Fongola, en el que la música de raíces africanas se ve enriquecida por una urgencia dance que sitúa canciones como Azo Toke o el éxito global Buka Dansa a la vanguardia de la música de baile global.

 

Lingua Ignota

CaligulaProfound LoreMETAL-EXPERIMENTAL9

Al contrario de la opinión de un puñado de "servidores públicos", la función del arte pasa por representar la belleza pero también la brutalidad de nuestro día a día, de la mera existencia. Así ha sido a lo largo de la Historia y así debe seguir siendo, esquivando una moralina que trata al ciudadano medio de incapacitado, achacándole una inmadurez mental que exige la intervención proteccionista del Estado. Puro Gran Hermano.

Viene todo esto a cuento del segundo álbum de Lingua Ignota, alias artístico de la norteamericana Kristin Hayter. En la línea de Jarboe, Anna Von Hausswolff, Chealsea Wolf y hasta Diamanda Galas, Hayter parte del black metal y el doom menos acomodado para lanzarse de cabeza por un territorio difícil de etiquetar, en el que la vocación exploradora la acerca a la experimentación pura y dura. La suya es una representación musical del horror en la que el maltrato, el miedo y el puro odio se hacen tangibles a lo largo de once composiciones impresionantes, acogotantes, tan hermosas como descarnadas.

 

Sleater Kinney

The Center Won’t HoldCaroline / Music As UsualROCK6

El anuncio de la marcha de Janet Weiss del grupo -por discrepancias artísticas, nada tuvieron que ver los graves problemas de salud sufridos recientemente por un accidente de tráfico- daba a entender que Sleater Kinney afrontaban una nueva etapa. Efectivamente así ha sido. Su anterior álbum –No Cities to Love (2015)- afrontó la siempre difícil vuelta a la actividad tras un parón de diez años, sin embargo fue un trabajo de continuidad para el grupo que mejor ha representado durante el siglo XXI la estética y la ética del movimiento feminista estadounidense Riot grrrl.

Pero no ha sido hasta este The Center Won’t Hold que el todavía trío -en el momento de la grabación- decide darle un golpe de timón a su música. Para ello reclutan a otra de las mujeres cuyo nombre define el pop y el rock norteamericano reciente: Annie Clark (St. Vincent).

Ella es la responsable de la producción y, por lo que se intuye, una de las inspiradoras del giro estilístico de Sleater Kinney, que abandonan el rock afilado de siempre para entregarse a una versión mucho más sofisticada del mismo, en la destacan los ritmos sintéticos y, en líneas generales, una producción mucho menos evidente de lo habitual. Lo que se traduce en canciones con más vértices pero que al mismo tiempo pierden la urgencia que caracterizaba a la banda. Su rock, todavía político y feminista, simplemente ha mudado de piel.

 

Television Personalities

Some Kind Of Happenning: Singles 1978-1989Fire / Popstock!POP9

Aquellos que a estas alturas todavía no le hayan echado el lazo a una de las bandas más singulares del efervescente movimiento post-punk británico tienen ahora una magnífica oprtunidad con este recopilatorio de dos discos (en CD y vinilo). Magnífica edición a cargo de Fire Records en formato libro que incluye todos los singles de la banda en el periodo que va de su fundación en 1978 hasta 1989, en esencia su etapa clásica y aquella que a la postre ha dejado sus mejores canciones.

Dan Treacy, el igualmente imprevisible Joe Foster y sus habitualmente brillantes temporeros fueron, tal y como dice una de sus canciones más conocidas –incluida en este recopilatorio- "punks a tiempo parcial". Es decir, de aquel movimiento tomaron tanto la urgencia como el espíritu do it yourself. Pero tal y como también dejaban claro con solo atender a los títulos de sus canciones, su música estaba abierta a otras influencias: la psicodelia en general y Syd Barrett en particular, el universo visual de Salvador Dalí… Todo eso puede apreciarse en este sobresaliente disco que reúne todos sus singles del periodo y cinco canciones inéditas.

 

Tropical Fuck Storm

BraindropsJoyful Noise / Popstock!ROCK7

Segundo disparo del nuevo artefacto creativo de Gareth Liddiard, quien fuera cerebro de The Drones y hoy por hoy heredero y principal representante de la tradición del mejor rock australiano. A Braindrops de hecho solo le falta una canción del calibre de You Let My Tyres Down para volar a la altura del gran A Laughing Death in Meatspace (2018), puesta de largo de este proyecto.

A su característica forma de escribir -caústica, dramática, poética y llena de inspiración- le acompaña un sentido del rock’n’roll igualmente a bocajarro. Las guitarras en ocasiones reptantes y otras cortantes como cuchillas que caracterizan los proyectos de Liddard, se dejan acompañar ahora por la aportación vocal de Fiona Kitschin (también en The Drones) y Erica Dunn (Harmony, Mod Con, Palm Springs), que conducen el blues-punk-rock de Tropical Fuck Storm a territorios inéditos, a medio camino de lo chirriante y lo onírico.