El argentino Sergio Boris, junto a la compañía catalana El Eje, trae un montaje eléctrico, peronista y hermoso
De Ian Curtis a Joe Crepúsculo, El Conde de Torrefiel mira a su generación para construir una película sin imágenes
Todo transcurre en una academia para repetidores eternos que podría situarse en cualquier periferia urbana del globo, pero que huele al cono urbano, el extrarradio, de Buenos Aires por los cuatro costados. Un paisaje subterráneo, hermético, de aglomeración de objetos y aire condensado que es al mismo tiempo auscultación de la naturaleza humana y radiografía de una sociedad, la argentina, que dejó caer a más de medio país en la nada desde hace muchos años.