Aunque fueron escritas hace casi dos siglos y en muchos casos sus derechos de autor han entrado en dominio público, los montajes de zarzuelas que se representan en los pocos teatros españoles que le dan al género, no interpretan la partitura y el libreto originales, sino una edición de los mismos. Es un trabajo de actualización, revisión, transformación y arreglo que realizan los musicólogos, una labor a medio camino entre la filología, la historia musical y la interpretación. La última producción del Teatro de la Zarzuela ha sido El rey que rabió, de Ruperto Chapí.