Después de la entrega de los Óscar, cuando en el Dolby Theater se apagan las luces, las fiestas para celebrar los premios se multiplican en Hollywood, desde la organizada por el gobernador o las de productores o músicos como la que prepara cada año Elton John, pero si hay una fiesta por excelencia esa es la de la revista Vanity Fair.
La publicación consigue reunir esa noche a un buen número de premiados e invitados, donde está admitido el vestido de cóctel y en el que la mayoría suele cambiar de vestuario si antes acudieron a la ceremonia de los Óscar.
Una alfombra en la que Charlize Theron ha vuelto a brillar con un vestido de corte asimétrico, que dejaba su hombro derecho al descubierto, de flecos dorados en cascada, una magnífica elección tras el negro de Dior que había lucido horas antes.
Negro fue el tono elegido en esta ocasión por Laura Dern, quien apostó por una pieza recta, con escote simétrico en forma de pétalo, con el que posó con su Óscar, como mejor actriz secundaria, cubriéndose los hombros con una chaqueta XXL.
A Renée Zellweger, ganadora del Óscar por su interpretación en "Judy", no le dio tiempo a cambiarse y acabó en la fiesta con su vestido blanco de Armani Prive y su estatuilla en la mano.
De blanco también, pero en el polo opuesto de la elegancia, la modelo Emily Ratajkowski que ha lucido una falda estrecha y un top mínimo, una manera muy eficaz de mostrar su anatomía, pero poco adecuada.
Jessica Alba lució una imagen hiperfemenina con un diseño de Versace, que consistía en una malla metálica con cristales de Swarovski y escote corazón.
A pesar de estar nominada en dos categorías y no conseguir ningún premio, Scarlett Johansson no perdió la sonrisa y se cambió de vestido para acudir a la fiesta de Vanity Fair, momento en el que apostó por un Oscar de la Renta con cristales, en color dorado y corte asimétrico.
El diseñador Eliee Saab fue el elegido por Diane Kruger para acudir a la fiesta con un diseño metalizado muy favorecedor.
La protagonista de "Modern Family", la mexicana Sofía Vergara, apostó por un vestido negro de Dolce&Gabana, cuajado de cristales y filigranas plateadas, con escote palabra de honor, muy ajustado.
Negro fue también el elegido por Monica Lewinsky una incondicional de esta fiesta, con un elegante diseño de Olivia Mann.
Dos hermanas, Kim Kardhasian y Kylie Jenner, compitieron en vestuario en crudo y azul, en curvas y brillos. El premio se lo llevó la segunda.
Muy sencilla, en traje de cóctel en tonos plata, asistió la actriz Reese Witherspoon, mientras que Maya Rudolph también apostó por una vestido mini en rojo.
Aunque es costumbre modificar el vestuario para acudir a esta fiesta, lo cierto es que no es una condición obligada y ni Geena Davis ni Lili Reinhart ni Anna Panquin lo hicieron.