España se sitúa a la cola de Europa en cuanto a electromovilidad del parque automovilístico, según el barómetro que elabora trimestralmente la asociación de fabricantes Anfac y que valora tanto la penetración del vehículo eléctrico como la implantación de puntos de recarga.
Según el último barómetro, España cerró 2019 con una penetración global de 16,4 puntos sobre cien, tres décimas más que en el tercer trimestre, pero muy por debajo de la media europea a 28, situada en 27,9 puntos (3 puntos más).
Así, España se colocó en el cuarto trimestre del año pasado por primera vez en última posición de Europa debido, según Anfac, al escaso desarrollo de las infraestructuras y a la necesidad de incrementar el ritmo de entregas de estos vehículos, en un entorno de caída general de las matriculaciones.
El barómetro añade que aunque las ventas de vehículos eléctricos puros e híbridos enchufables siguieron creciendo en los últimos meses de 2019, lo hicieron a un ritmo "más lento" y muy por debajo de la media de la Unión Europea.
Con una penetración del vehículo eléctrico de 16 puntos, España se mantiene en las últimas posiciones de Europa (26,4 puntos de media), tan sólo por delante de Italia (14,1) y República Checa (11,5) y muy alejada de países como Noruega (327,6 puntos), Holanda (99,3 puntos) o Portugal (38,4 puntos).
En el caso de las infraestructuras de recarga, España cerró el año en el último puesto, pese a subir 6 décimas y alcanzar los 16,7 puntos. En Europa a 15 países, la media fue de 27,3 puntos.
Italia (34,8 puntos), que en el tercer trimestre ocupaba la última posición, escaló a las primeras posiciones gracias a su apuesta decidida por la electro-movilidad y su intenso impulso de las infraestructuras de recarga.
Para Anfac, los datos demuestran que es necesario fomentar la penetración de la electromovilidad, con ayudas tanto para la compra de vehículos eléctricos como para el despliegue de una red de puntos de recarga pública suficiente y eficiente que aporte seguridad y confianza en los usuarios.