El vino más caro del mundo de producción actual no viene ni de Francia ni de España sino de Hungría, donde al este del país, en la región de Tokaj, se ha producido el "Esszencia Magnum 2008", que salió a la venta el año pasado a un precio de 35.000 euros (unos 39.000 dólares) por unidad.
La bodega Royal Tokaji ofrece este vino extremadamente dulce, con bajo contenido de alcohol, en un envase de lujo de litro y medio.
Los vinos de la región de Tokaj, producidos desde hace unos tres siglos, cuentan con una característica única, ya que provienen de una uva que se deja en los racimos hasta convertirse casi en pasas, mientras que las ataca hongo llamado "botrytis cinérea".
UN COMPLICADO Y LABORIOSO PROCESO
Estos granos, que ya han perdido gran parte de la humedad, son cosechados a mano "grano a grano" y después se colocan en contenedores donde el peso de la misma uva hace que se exprima gota a gota su esencia.
"De una tonelada de uva se ganan más o menos 200 kilos de granos que pueden ser utilizados", explica Zoltán Kovács, director de Royal Tokaji, en la sede de la bodega en la pintoresca localidad de Mád, en el noreste del país centroeuropeo.
El jugo que se exprime de esos 200 kilos de uva alcanza para dos botellas del "Esszencia Magnum".
Se trata de un concentrado de uva, con un altísimo contenido de azúcares residuales, de hasta 500 gramos por litro y buenos equilibrios de ácidos que maduraron entre 3 y 10 años en los barriles de la bodega.
Royal Tokaji es una empresa con propietarios ingleses, eso sí, de origen húngaro, que se creó en 1990 con la unión de 64 propietarios de la región.
La empresa que cuenta con 108 hectáreas y produce cada año hasta 450.000 botellas, tanto de vino dulce y seco, siendo la segunda bodega más grande en la región.
EL MÁS CARO DEL MUNDO
"Es muy dulce, con muy bajo contenido de alcohol, lo que hace que sea muy bueno para consumirlo como postre", cuenta Kovács y agrega que el vino, después de ser abierto se conserva sin problemas durante un año en el refrigerador.
"El Esszencia de 2008 es un producto muy especial para nosotros, que empezamos a comercializar en 2019 en una botella única. Se trata de una esencia que es la corona de los productos de Tokaj", explica Kovács en declaraciones a Efe en Mad.
La prensa internacional y especializada ya desde finales de 2018 comenzó a hablar de este vino como el más caro del mundo, después de organizáramos una primera degustación.
El británico Neal Martin, uno de los críticos de vino más influyentes y prestigiosos del mundo, dijo entonces que el Esszencia Magnum de 2008 tiene potencial para aguantar durante tres siglos, asegura el responsable de Royal Tokaj, recuerda Kovács.
Los orígenes del Esszencia se encuentran en las primeras décadas del siglo XVIII desde cuando se empezó a producir y vender con la tradicional fórmula de producción.
Para la segunda mitad del siglo XIX entonces estaba entre los más caros del mundo y en Estados Unidos se llegaron a publicar varios artículos explicando cómo se podría falsificarlo. "Siempre es bueno cuando quieren falsificar tu producto", dice Kovács con una sonrisa.
TRATO ESPECIAL
El Esszencia Magnum, producido de la cosecha de uvas de 2008 y embotellado una década más tarde, ha recibido un trato especial para garantizar su condición del "vino más caro del mundo".
La botella cuenta con un diseño especial, en forma de una gota alargada y es producto de un soplador de vidrio inglés que vive en Hungría.
De esta manera, cada una de las 20 botellas que se han preparado hasta ahora, son únicas y diferentes entre sí, hasta los corchos fueron tallados a mano, tras un escaneo digital de la boca de las botellas.
Las botellas se presentan en una caja especial, con iluminación interna, de hace resaltar el color dorado del vino.
COMPRADORES CHINOS Y HÚNGAROS
"Una de las botellas quedará para siempre en nuestra bodega, y actualmente están a la venta menos de diez unidades", agregó Kovács.
Una botella se encuentra a la venta en Hedonism Vines, una vinoteca de alta gama en Londres, y otra en la tienda de lujo Fortnum & Mason de la misma ciudad.
Las pocas unidades que se han vendido hasta ahora, al precio oficial de 35.000 euros, fueron adquiridas -entre otros- por compradores húngaros y chinos.
Según Kovács, el comprador chino ya ha consumido el vino. "Organizó una gala para sus clientes, donde sirvió el Esszencia Magnum 2008", cuenta.
Marcelo Nagy