La estatal Aerolíneas Argentinas decidió reducir su frecuencia de vuelos a Roma, de cinco a tres semanales, debido a la caída de reservas en ese trayecto por la incidencia del coronavirus en Italia, informaron este jueves a Efe fuentes de la compañía.

En principio, se trata de una "cancelación táctica" que tiene alcance solo para marzo.

"Empezó a haber muchísimas solicitudes de baja de reservas y los niveles de ocupación bajan por debajo de los niveles óptimos para operar una ruta que es larga y costosa", dijeron las fuentes.

De cara a abril se estudiará cómo continúa la situación.

La compañía está terminando de definir cómo compensar a los pasajeros afectados por los vuelos cancelados a Roma, pero se prevé opciones como ofrecer viajar un día antes o después u hacerlo vía Madrid.

Además de multitud de vuelos nacionales y a diversos destinos de Latinoamérica, Aerolíneas Argentinas tiene entre sus frecuencias internacionales vuelos a Roma, Madrid y Nueva York y Miami en Estados Unidos. Ninguna compañía vuela directo de Argentina a China, país donde se originó el virus.

Ya otras compañías aéreas tomaron decisiones similares en el mundo, como Lufthansa, que informó este jueves de que va a cancelar 7.100 vuelos en Alemania, Italia u otros destinos hasta finales de marzo debido a la caída de la demanda y la aerolínea portuguesa TAP, que cancelará 1.000 vuelos previstos para marzo y abril.

La epidemia del también llamado Covid19 ha costado ya la vida a 3.281 personas y está obligando a la gente de diversos países a convivir con incertidumbre y las restricciones en la vida cotidiana.

Aunque el origen del virus es China, con al menos 3.012 muertos, Italia es uno de los países peor parados por la epidemia, donde se ha cobrado la vida de 148 personas, una situación que ha llevado al país adoptar medidas drásticas para tratar de frenar la expansión, con el cierre de escuelas y universidades y la suspensión de decenas de eventos públicos.

Según Protección Civil, los fallecidos en estas últimas veinticuatro horas eran personas "frágiles" con patologías previas y con edades entre 66 y 94 años.